Un paso en falso (1992)

“Un paso en falso” es una película que, a primera vista, podría pasar desapercibida en el extenso catálogo de thrillers de persecución. Sin embargo, tras un análisis más profundo, se revela un ejercicio de tensión y un estudio psicológico interesante, aunque con algunas inconsistencias en su ejecución. La película, dirigida por Robert Allen Peterson, no busca innovar en la fórmula del “cacería”, sino que se centra en la brutalidad de la violencia y las consecuencias de un solo error que desata una espiral de muerte.

La película se centra en la escalada de violencia desde el momento en que un grupo de jóvenes, liderados por Fantasía, una joven con un pasado turbio, provoca una masacre en una fiesta en Los Ángeles. La dirección de Peterson mantiene un ritmo frenético, utilizando planos secos y movimientos de cámara ágiles que imitan la sensación de persecución y descontrol. El uso del color, especialmente en los exteriores de Arkansas, es impactante, contribuyendo a la atmósfera opresiva y a la sensación de desolación. Sin embargo, la filmación, a pesar de su dinamismo, a veces carece de la sutileza que podría haber elevado la película a un nivel superior.

El reparto es sólido, con una presencia destacada de Lauren Vélez como Fantasía. Vélez logra transmitir la complejidad de un personaje marcado por sus errores y sus decisiones. También merece mención la actuación de Mike Colter como el Sheriff Dixon, quien encarna la determinación y la frialdad necesaria para un hombre que debe mantener el orden. El resto del elenco cumple su cometido, aunque algunos personajes no están tan bien definidos como otros. Lo que realmente funciona en este apartado es la manera en que se explora la fragilidad moral de cada uno de los personajes a medida que la persecución avanza.

En cuanto al guion, “Un paso en falso” presenta algunas lagunas. Aunque la premisa inicial es atractiva, el desarrollo de los personajes secundarios no es tan profundo como se podría haber esperado. Algunos diálogos, especialmente en las escenas de interrogatorio, resultan algo artificiosos y la resolución del conflicto final, aunque satisfactoria, podría haber sido más elaborada. El guion se basa en la tensión implícita y en la ambigüedad moral, lo cual es un punto fuerte, pero a veces sacrifica la claridad narrativa por el deseo de generar incertidumbre.

A pesar de sus defectos, “Un paso en falso” ofrece una experiencia visualmente estimulante y un thriller de persecución tenso y efectivo. No se trata de una obra maestra cinematográfica, pero sí de una película que se mantiene en la memoria por su intensidad y su atmósfera sombría. Es una película que se disfruta en el cine, aunque quizá requiera un cierto compromiso por parte del espectador para entender las motivaciones de los personajes y las consecuencias de sus actos. Se percibe que el director apuesta por la crudeza y la representación realista de la violencia, sin caer en la glorificación.

Nota:** 6.5/10