Un policía y pico (1993)

“Un Policía y Pico” (1981) es una comedia de acción que, si bien no llega a ser una joya del cine, ofrece una dosis considerable de entretenimiento y nostalgia para aquellos familiarizados con el cine clásico de Hollywood. Burt Reynolds, en un papel que, sin duda, se ajusta a su personalidad cínica y sarcástica, encarna a Nick McKenna, un detective duro, desconfiado y claramente cansado del mundo. La premisa, un niño que, con una inocencia desarmante, le pide a Nick un día de policía, es un punto de partida simple pero efectivo para desatar una avalancha de situaciones cómicas y acción desenfrenada.

La dirección de Hal Needham es competente, enfocándose en el ritmo y la acción. La película sabe aprovechar al máximo las habilidades de Reynolds, permitiéndole brillar en las escenas de persecución y las situaciones de humor físico. Needham también logra crear un ambiente de comedia que, a veces, se acerca a lo absurdo, sin perder el equilibrio con la acción. Sin embargo, la dirección carece de una visión artística más profunda; se centra en el “mostrar y contar” de la historia, sin indagar demasiado en los personajes o en el desarrollo emocional.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Reynolds, como mencioné, es el centro de la atención y lo hace con su habitual carisma y humor seco. Pero la película cuenta con un reparto secundario que también merece reconocimiento, especialmente Dom DeLuise como el jefe de policía, un personaje caricaturesco pero memorable, y Randy Quaid, quien aporta un toque de ingenio a su rol de joven criminal. La química entre Reynolds y DeLuise es notable, generando momentos muy divertidos. La interpretación de los niños, en particular la de John Anderson, que interpreta al pequeño Devon, es genuina y contribuye a la credibilidad de la historia.

El guion, escrito por Stan Barstow y Frank Tapson, es lo más frágil de la película. Si bien las situaciones son ingeniosas y la mayoría de los diálogos son divertidos, la trama carece de complejidad y se basa en clichés propios del género. Los gags a veces se sienten forzados, y el desarrollo de la historia, aunque llena de acción, se siente algo superficial. Hay ciertas escenas que podrían haber sido más elaboradas, profundizando en las motivaciones de los personajes y explorando las consecuencias de sus actos. Sin embargo, la película logra compensar estos defectos con su espíritu ligero y su ritmo trepidante, que mantienen al espectador enganchado desde el principio hasta el final.

En definitiva, “Un Policía y Pico” es una comedia de acción para toda la familia entretenida, aunque no sobresaliente. Es un film que se disfruta más por su humor y sus escenas de acción que por su profundidad narrativa. Si buscas una película ligera y divertida para pasar un buen rato, es una opción adecuada, pero no esperes una obra maestra cinematográfica.

Nota: 6/10