“Un p’tit truc en plus” (Un pequeño truco más) no es una comedia ligera. Es, en lugar de eso, una película que te roba la tranquilidad y te obliga a contemplar la realidad, a menudo incómoda, de la fragilidad humana. La dirección de Samuel Labous es sutil, casi aséptica, y eso, paradójicamente, hace que las situaciones tensas y los momentos de genuina emoción sean aún más impactantes. Evita la sentimentalidad fácil, optando por mostrar, en lugar de narrar, las consecuencias de una decisión precipitada. La película no busca glorificar ni demonizar a los residentes del campamento, sino simplemente presentar la vida cotidiana de este espacio de integración, con sus retos y sus pequeñas alegrías.
El núcleo de la película reside en la interpretación de Clovis Cornillac como Artus. Su personaje es un hombre desorientado, marcado por un pasado que lo atormenta, y la forzada convivencia en el campamento actúa como un catalizador para su transformación. Cornillac ofrece una actuación magistral, transmitiendo la incomodidad, la frustración y, finalmente, una nueva comprensión a través de miradas y gestos. Sin embargo, el reparto secundario merece una mención aparte. Alice Belaïdi, como la responsable del campamento, aporta una fuerza tranquila y una autoridad natural. Marc Riso, por su parte, crea un personaje excéntrico y vulnerable, sumiendo al espectador en la complejidad de sus propios demonios. Las interpretaciones son naturales, sin artificios, lo que contribuye a la credibilidad de la historia.
El guion, escrito por Samuel Labous y Vincent Kerfa, se basa en un diálogo minimalista, pero efectivo. No se recurre a clichés ni a simplificaciones. Se explora la incomunicación, la dificultad para conectar y la búsqueda de la aceptación. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que plantea preguntas difíciles sobre la identidad, la responsabilidad y la necesidad de comprender al otro. La trama, a primera vista, podría parecer descabellada, pero la película construye una narrativa cohesionada y realista, basada en situaciones cotidianas que resultan profundamente conmovedoras. La comedia dramática se encuentra en un equilibrio perfecto: momentos de humor sutiles y aterradores alternan con escenas de intensa carga emocional. Se evita el melodrama y se centra en la humanidad de los personajes.
“Un p’tit truc en plus” es una película que te quedará grabada en la memoria. No busca entretener con un argumento espectacular, sino provocar una reflexión sobre la condición humana. Es una obra pequeña, pero de gran impacto. Una película que exige empatía, que te invita a mirar al otro con nuevos ojos y a cuestionar tus propias ideas preconcebidas. Si buscas una experiencia cinematográfica honesta y diferente, esta es una excelente opción.
Nota: 8.5/10