Un romance muy peligroso (1998)

“Un Romance Muy Peligroso” (1983) no es una joya atemporal, pero sí un ejercicio de entretenimiento frenético y, sobre todo, una excelente demostración de la química entre sus protagonistas, Clint Eastwood y Gene Hackman. La película, dirigida con un dinamismo innegable por Peter Yates, se mueve con una fluidez que, a pesar de su duración, resulta cautivadora gracias a su constante sensación de peligro y tensión. Yates logra crear una atmósfera claustrofóbica dentro de las paredes de la prisión, amplificada por el uso del color y la iluminación, elementos que subrayan la desesperación y la amenaza inminente.

La película se centra en la tensa colaboración entre Jack Foley (Eastwood), un atraco legendario, y Buddy Bragg (Hackman), un criminal más pragmático pero igualmente astuto. La idea de Foley de una huida elaborada, que inevitablemente involucrará a un rehén, es lo que impulsa la narrativa. El guion, adaptado de la novela de James Ellroy, es sólido, aunque carece de la profundidad psicológica que se podría haber esperado. Se centra en la acción y el suspense, ofreciendo diálogos afilados, pero sin profundizar en las motivaciones de los personajes más allá de su necesidad de supervivencia y el escape. La trama, aunque predecible, funciona como un vehículo para la acción explosiva y las situaciones de vida o muerte.

Las actuaciones son, sin duda, el punto fuerte de la película. Eastwood, en un papel que parece una extensión de su personaje habitual, ofrece una interpretación segura y estoica. Su Jack Foley es un hombre marcado por sus errores, consumido por el arrepentimiento y la necesidad de redención. Gene Hackman, como Buddy Bragg, aporta una dosis de carisma y un toque de locura al personaje, ofreciendo momentos de humor negro que alivian la tensión. La interacción entre ambos actores es la piedra angular de la película, generando una química magnética que se siente en cada escena. La dinámica entre los dos personajes, entre el legendario ladrón y el criminal cínico, es lo que mantiene la película en movimiento, evitando que se convierta en un simple thriller de acción.

A pesar de sus limitaciones, “Un Romance Muy Peligroso” es un thriller de acción pulido y entretenido. La dirección de Yates, las actuaciones de Eastwood y Hackman, y la acción trepidante, hacen de la película una experiencia visualmente estimulante y llena de suspense. No es una obra maestra, pero sí un ejemplo clásico de la estética del género, con secuencias de persecución impresionantes y un final que deja una sensación de inquietud. Es un placer ver a dos actores de la talla de Eastwood y Hackman compartiendo pantalla en un escenario tan denso y peligroso.

Nota: 7.5/10