¡Un Ruso en Nueva York!, es una película brillantemente escrita y dirigida que ofrece una perspectiva desconcertante y divertida sobre la experiencia del inmigrante en Estados Unidos. Robin Williams brilla en el papel principal de Vladimir Ivanoff, un saxofonista soviético que busca refugio en el corazón de Nueva York después de escapar de la KGB.
La dirección y guion de la película son maestros en su arte, creando un ambiente cálido e irreverente que hace atractivo para el espectador. Los personajes se desarrollan de manera natural y realista, y cada uno de ellos brinda una perspectiva única sobre la cultura y los problemas que enfrentan los inmigrantes en un país extranjero. El guion también ofrece una crítica social aguda sobre temas como la discriminación racial y étnica, el racismo y el prejuicio.
Robin Williams es absolutamente espectacular en su papel de Vladimir Ivanoff. Su actuación es llena de emoción y profundidad, lo que hace que el personaje sea simpático e intrigante al mismo tiempo. Cleavant Derricks también es notorio como Lionel Witherspoon, el guardia de seguridad en el edificio donde Vladimir se instala. Su personaje es cálido y divertido, y proporciona un contraste perfecto con la frialdad de Nueva York y las luchas que enfrenta Vladimir.
María Conchita Alonso también brilla en su papel como Lucia Lombardo, la voluptuosa italiana que se enamora de Vladimir. Su actuación es divertida y sensual, y aporta una perspectiva femenina única a la historia. Alejandro Rey también es notorio como Orlando Ramírez, el abogado cubano perspicaz que ayuda a Vladimir en su lucha para conseguir la residencia permanente en Estados Unidos.
En resumen, ¡Un Ruso en Nueva York! es una película divertida y profunda que ofrece una perspectiva única sobre la experiencia del inmigrante en este país. Robin Williams brilla en su papel principal de Vladimir Ivanoff, y el guion y la dirección son maestros en su arte. La película también brinda críticas sociales agudas sobre temas como la discriminación racial y étnica, el racismo y el prejuicio. Es una película que no se puede perder si se tiene un interés por la cultura y los problemas enfrentados por los inmigrantes en Estados Unidos.
Un Ruso en Nueva York (1984)
(EN) · Comedia, Drama, Romance · 1h 55m
Vladimir Ivanoff entra a una tienda departamental para comprar jeans, sale con una amiga, un abogado de inmigración y un amigo. Su vida y la de ellos nunca volverán a ser las mismas.

Sinopsis de Un Ruso en Nueva York
Un saxofonista soviético, Vladimir Ivanoff (Robin Williams), logra escapar de la K.G.B. y se marcha a Estados Unidos, donde consigue asilo político. Vladimir se instala en Nueva York, en Harlem, en el superpoblado piso de Lionel Witherspoon (Cleavant Derricks), un guardia de seguridad. Allí conoce a una voluptuosa italiana, Lucia Lombardo (María Conchita Alonso), y a un perspicaz abogado cubano, Orlando Ramírez (Alejandro Rey), entre mucha otra gente. Vladimir experimentará la frialdad y el dolor que sienten, a menudo, los inmigrantes en una tierra extraña, pero poco a poco, aprenderá a querer a su nuevo país.
Ficha técnica
Moscow on the Hudson
EN
Paul Mazursky
Reparto principal de Un Ruso en Nueva York
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Un Ruso en Nueva York.
Tráiler Oficial

Nuestra crítica de Un Ruso en Nueva York
Opinión editorial sobre la película y valoración general del contenido.
Críticas de la película
Opiniones reales de usuarios que han visto Un Ruso en Nueva York. Consulta sus valoraciones y comentarios.
“Un Ruso en Nueva York” es, en esencia, una comedia dramática que, a pesar de su aparente simplicidad narrativa, logra evocar un sentimiento de nostalgia melancólica por la experiencia de la inmigración. La película, estrenada en 1990, se sitúa en el corazón de la década de 1980 y ofrece una mirada a la vida cotidiana de los primeros inmigrantes soviéticos en Harlem, Nueva York. La película no pretende ofrecer un análisis sociológico profundo, sino más bien, una historia humana, llena de momentos emotivos y, en ocasiones, hilarantes.
La dirección de Robert Cary es discreta, pero efectiva. Se centra en la creación de una atmósfera realista, capturando la vibrante y caótica energía de Harlem. La película no se esfuerza por glorificar la vida estadounidense, sino que presenta un retrato crudo de la dificultad de adaptación, la soledad y la pérdida de la identidad que acompañan a aquellos que se ven forzados a abandonar su hogar. La fotografía, con sus colores cálidos y la iluminación particular de las calles de Nueva York, contribuye significativamente a esta sensación de autenticidad. Sin embargo, a veces, la película se ve afectada por un ritmo un poco lento, especialmente en la primera mitad, donde la presentación de personajes y la ambientación consumen tiempo que podría haberse dedicado a desarrollar la trama principal.
Las actuaciones son, en general, sólidas. Robin Williams, en el papel de Vladimir Ivanoff, ofrece un trabajo convincente, equilibrando el humor con la vulnerabilidad. Su personaje, un saxofonista con un pasado turbulento, es complejo y contradictorio, y Williams logra transmitir sus emociones con una sutileza notable. La química entre Williams y María Conchita Alonso, quien interpreta a la voluptuosa y vivaz Lucia Lombardo, es palpable y añade una dimensión romántica a la historia. Alejandro Rey, como el abogado cubano Orlando Ramírez, aporta un toque de inteligencia y pragmatismo al grupo, actuando como un contrapunto a la idealización inicial del sueño americano. Sin embargo, algunas de las secundarias, aunque bien interpretadas, carecen de profundidad y terminan siendo meros adornos en la trama.
El guion, escrito por Robert Cary, es relativamente simple, pero posee un potencial dramático considerable. La idea central de un refugiado político buscando asilo en Estados Unidos es universal y permite explorar temas como la libertad, la persecución, la identidad y la esperanza. El desarrollo de la relación entre Vladimir y Lucia es el núcleo de la película y se presenta con una naturalidad que hace que la conexión entre los personajes sea creíble. No obstante, el guion podría haber profundizado en la historia de fondo de Vladimir, ofreciendo una mayor explicación sobre su pasado y las razones de su huida de la Unión Soviética. La resolución final, aunque emotiva, resulta un tanto apresurada y simplificada.
En definitiva, “Un Ruso en Nueva York” es una película entrañable y conmovedora que, si bien no es una obra maestra, ofrece una valiosa reflexión sobre la experiencia de la inmigración y la búsqueda de una nueva vida. Es un retrato honesto y humano de la dificultad de adaptarse a un nuevo país, al mismo tiempo que celebra la capacidad del ser humano para encontrar la esperanza y la felicidad incluso en las circunstancias más adversas.
Nota: 6/10
Peliculas que te pueden interesar

Jackass Forever

The Farewell

Late Night

Ingrid Goes West

Yesterday

Diario de Greg: Carretera y manta

Barbie
