Un traidor como los nuestros (2016)

“Un Traidor como los Nuestros” es, en definitiva, una película que no logra alcanzar la brillantez que sugieren sus premisas y la reputación de John le Carré. La adaptación de la novela homónima, dirigida por Roger Donaldson, ofrece un entretenimiento decente, pero carece de la complejidad moral y la tensión psicológica que definen a las obras del autor británico. La película, ambientada en la paradisíaca Antigua, se centra en la historia de una pareja inglesa, Jake y Poppy, que se ve arrastrada a un enredo peligroso con un misterioso magnate ruso, Dimitri Volkov.

La dirección de Donaldson se inclina por un estilo visual pulido y elegante, capturando la belleza natural de la isla y la ostentación de la vida de Volkov. Sin embargo, esta estética, aunque impecable, no compensa la fragilidad del guion. El ritmo es irregular, con momentos de suspense bien construidos intercalados con pasajes que se sienten forzados y poco convincentes. Las conversaciones, a menudo, son expositivas y poco naturales, intentando, sin éxito, llenar los huecos de una trama que, en su núcleo, es bastante simple. La película, en ocasiones, parece preocupada más por mostrar la vida lujosa de Volkov que por profundizar en la implicación moral de sus personajes.

Las actuaciones son correctas, pero no sobresalientes. Ben Kingsley, como Dimitri Volkov, ofrece una interpretación sólida, dotando al personaje de una ambigüedad intrigante. Sin embargo, su profundidad emocional se ve limitada por el guion. Sam Neill, como el detective británico que investiga el caso, y Keeley Hawes, interpretando a la esposa del detective, cumplen con su papel, pero no dejan una impresión duradera. La química entre los actores es, en general, débil, lo que dificulta la conexión emocional con la historia. Es notable la presencia de un elenco de apoyo con actores reconocidos, pero que apenas se les da espacio para desarrollar sus personajes.

La película se enfrenta a un desafío considerable: traducir la intrincada red de corrupción y secretos de la novela de le Carré a la pantalla grande. Si bien intenta mostrar la escala del problema, a menudo se limita a una visión superficial. El tema central de la traición, la manipulación y la lucha por la verdad se diluye en un melodrama con toques de thriller. El tratamiento del asunto político y las conexiones con la élite británica resulta más teñido de cliché que de análisis real. El filón narrativo de la identidad cuestionada de Volkov, que es central en la novela, no se explora con la profundidad que merece, dejando al espectador con la sensación de que se ha perdido una oportunidad para una reflexión más profunda sobre la corrupción y la complicidad.

En definitiva, “Un Traidor como los Nuestros” es una película entretenida, pero superficial. No alcanza el nivel de thriller político inteligente y moralmente ambiguo que promete su premisa. Si buscas una experiencia cinematográfica profunda y reflexiva, quizás te decepcione.

Nota: 6/10