Una boda explosiva (2022)

“Una Boda Explosiva” no es precisamente una obra maestra del cine, pero si se la aborda con la mentalidad correcta, se revela como una distracción divertida y sin pretensiones, perfecta para una noche de cine en familia o para desconectar del estrés cotidiano. La película, dirigida por Jason Friedberg y Adam Paška, se basa en la fórmula probada y segura de las comedias de acción de secuestro, pero logra mantener un ritmo desenfrenado que, a pesar de sus evidentes clichés, resulta entretenido. La premisa, de una boda familiar convertida en caos absoluto tras el secuestro de todos los invitados, es lo suficientemente absurda para generar un buen número de situaciones cómicas.

Jennifer Lopez y Josh Duhamel encabezan el reparto y, aunque su química no es explosiva como sugieren el título y la sinopsis, logran mantener un nivel aceptable. Lopez, como Darcy, se presenta como la matriarca fuerte y decidida, a pesar de sus propios miedos y vulnerabilidades. Duhamel, por su parte, aporta el humor físico y la ingenuidad necesarias para el papel de Tom, el esposo de Darcy, un hombre aparentemente inofensivo pero que, de repente, se ve obligado a improvisar como héroe. La química entre los dos es un elemento importante para el éxito de la película, y aunque no es revolucionaria, es funcional. El resto del elenco secundario, compuesto por rostros conocidos, ofrece interpretaciones correctas, aunque ninguno destaca particularmente. Hay momentos de comedia genuina, sobre todo gracias al talento de algunos de los actores secundarios, pero también hay algunas situaciones exageradas que rozan la ridiculez.

El guion es, sin duda, el punto más débil de la película. Se basa en una serie de clichés y situaciones predecibles que no sorprenden ni desafían al espectador. El desarrollo de la trama, si bien está lleno de giros inesperados (que, sin embargo, son totalmente esperables), carece de profundidad y complejidad. Los diálogos, en su mayoría, son planos y poco ingeniosos, y la película no se toma la molestia de profundizar en las motivaciones de los secuestradores. El humor se basa en la slapstick y en las situaciones absurdas, más que en la inteligencia o la ironía. Sin embargo, la dirección consigue mantener el ritmo ágil y la acción constante, lo que compensa en parte las deficiencias del guion. La película se apoya mucho en la creación de efectos especiales y secuencias de acción que, aunque no sean de Hollywood, son bastante convincentes y visualmente agradables.

En definitiva, “Una Boda Explosiva” es un entretenimiento ligero y superficial, ideal para aquellos que buscan una película fácil de ver y poco exigente. No es una obra maestra, pero sí una opción divertida para una noche de cine relajada. Ofrece algunas dosis de humor y acción que, aunque no revolucionan el género, cumplen su función. Es una película para disfrutar sin tomarla demasiado en serio. La película se beneficia de una banda sonora enérgica y de una edición ágil que contribuyen al ritmo frenético de la trama.

Nota: 6/10