Una casa patas arriba (2007)

“Una casa patas arriba” (2006) es mucho más que una comedia romántica con elementos de la vivienda; es un ejercicio de paciencia, una lección sobre la perseverancia y, a su manera, una sátira mordaz sobre la burocracia y las expectativas. La película, dirigida por Nancy Meyers, logra construir una atmósfera tan desorientadora y caótica como el proceso de la remodelación, y se convierte en una experiencia cinematográfica singularmente disfrutable.

La película se centra en la pareja Nick y Suzanne, interpretados por Adam Sandler y Drew Barrymore, que, tras la compra de una casa con vistas al océano, se embarcan en la ambiciosa tarea de transformarla en el hogar de sus sueños. Lo que comienza como una emocionante aventura doméstica rápidamente se convierte en una verdadera pesadilla, en gran parte debido a la presencia de Marvin, un contratista interpretado con una maestría absolutamente hilarante por Danny DeVito. DeVito no se limita a interpretar a un villano estándar; ofrece una actuación llena de matices, con un profundo sentido del ridículo y una visión del mundo completamente ajena a las normas sociales. Su Marvin es un personaje memorable, un individuo incomprensible que se jacta de su "experiencia" pero que, en realidad, solo está empeorando la situación.

Meyers, como directora, demuestra un dominio notable de la comedia física y el humor de situación. La película está llena de momentos absurdos y situaciones cómicas que emergen del caos controlado que crea el equipo de producción. La dirección de los planos es inteligente, y se utilizan espacios amplios para realzar la sensación de desorden y la sensación de estar perdido en un laberinto. El vestuario y la decoración también contribuyen significativamente a la atmósfera general, mostrando una atención al detalle que eleva la experiencia visual. La película se beneficia enormemente de la química entre Sandler y Barrymore, que logran mantener el equilibrio perfecto entre la exasperación y la ternura, dando vida a una pareja que, a pesar de todo el caos, se mantiene un vínculo inquebrantable.

El guion, coescrito por Nancy Meyers y Neil LaBute, es el corazón de la película. No se basa únicamente en la comedia superficial; explora temas como la comunicación, la paciencia, y la importancia de los valores familiares. A pesar de la abundancia de situaciones cómicas, la película logra transmitir un mensaje genuino sobre el amor, el compromiso y la búsqueda de la felicidad. Los diálogos son afilados y llenos de humor, y la trama principal, aunque simple, está bien construida y mantiene al espectador enganchado. El ritmo de la película es excelente, permitiendo que el humor resuene y al mismo tiempo, construyendo una sensación de tensión y desesperación que culmina en una resolución satisfactoria.

En definitiva, “Una casa patas arriba” es una película entrañable y divertida que ofrece una visión refrescante de la comedia romántica. Combina un humor inteligente con un mensaje positivo y personajes memorables. Es una joya cinematográfica que, incluso después de años de su estreno, sigue siendo capaz de hacer sonreír y disfrutar.

Nota: 8/10