Una decisión peligrosa (2014)

“Una Decisión Peligrosa” (2023) no es un thriller de suspense convencional, aunque las tensiones se acumulan a lo largo de sus casi dos horas de duración. La película, dirigida por Matthew Holbrook, se presenta como un estudio de personajes y de las consecuencias morales de una elección aparentemente simple, y en ese aspecto, cumple con una notable profundidad. La película no se basa en la sangre y el terror; su verdadera amenaza reside en la inquietud psicológica y en la lenta erosión de la confianza entre los protagonistas, Ben y Sophie.

Holbrook construye un ambiente de constante disconformidad. El ritmo es deliberadamente pausado, lo que le otorga a la trama un sabor amargo, casi como si el espectador estuviera atrapado en una espiral descendente. La fotografía es, en general, bastante discreta, pero se utiliza el color y la iluminación para realzar la sensación de incomodidad y el aura de peligro que impregna cada escena. La ambientación en Londres, con sus calles empedradas y sus edificios antiguos, contribuye a esta atmósfera de melancolía y de cierto abandono. Sin embargo, a veces, el tono excesivamente sombrío puede resultar algo pesado para el espectador.

La película se centra en la dinámica entre Ben, interpretado con una sutil intensidad por Sam Claflin, y Sophie, cuya actuación es igualmente convincente por parte de Georgina Campbell. Ambos actores logran transmitir el peso de su dilema y la creciente paranoia. La tensión entre ellos, exacerbada por el dinero y la sospecha, es el núcleo central de la narrativa. No se presentan como héroes ideales; sus acciones están motivadas por la necesidad y, a veces, por un egoísmo infantil. La relación entre ellos se torna cada vez más retorcida, lo que convierte a la película en un drama doméstico con un giro oscuro y perturbador. La química entre Claflin y Campbell es fundamental para el éxito de la película, ya que permiten al espectador conectar emocionalmente con sus personajes y compartir su creciente desesperación.

En cuanto al guion, aunque presenta una premisa interesante, su ejecución a veces resulta algo confusa. La película introduce elementos sobrenaturales que, aunque bien integrados visualmente, no siempre tienen un propósito claro dentro de la trama principal. Se juega con la idea de una maldición o un espíritu vengativo, pero el origen y la naturaleza de esta entidad se mantienen ambiguos, lo que podría resultar frustrante para algunos espectadores. A pesar de estas lagunas, el guion, coescrito por Holbrook, es inteligente y plantea cuestiones éticas importantes sobre la responsabilidad, el dinero y las consecuencias de nuestras elecciones. La película no ofrece respuestas fáciles y obliga al espectador a reflexionar sobre la moralidad de sus propios juicios.

Nota: 7/10