Una disparatada bruja en la universidad (1989)

“Una disparatada bruja en la universidad” (What Fits) es un metahistorial que se arrastra más que un caldero mal elaborado, pero que, paradójicamente, logra despertar un interés inesperado. La película de primera de la directora Charlotte Touré se presenta como una alegoría sobre el cine, la cultura popular y el deseo de ser notado, pero le falta pulido y profundidad para realmente conquistar al espectador.

El argumento, en su esencia, es intrigante. Louise, interpretada con una vulnerabilidad encantadora por Avan Soto, anhela desesperadamente el estrellato juvenil y la atención de Brad (Travis Romain), un chico con una imagen “cool” que parece salido de un anuncio de Coca-Cola. La llegada de Madame Serena, adivina del futuro interpretada magistralmente por Helena Bonham Carter, desencadena una serie de eventos surrealistas que la llevan a descubrir su pasado como bruja de Salem. La premisa, que podría haber sido un terreno fértil para la comedia y la sátira, termina resultando a menudo desconectada y demasiado explicativa. La película, al intentar ser inteligente, se olvida de entretener y explica con demasiada insistencia los elementos fantásticos que la componen.

La dirección de Touré muestra potencial. Hay momentos visualmente impactantes, con una estética que bebe de los estilismos ochenteros y una paleta de colores vibrante que contrasta con la melancolía del personaje principal. Sin embargo, el ritmo es irregular, alternando escenas de acción frenética con momentos de contemplación excesivamente lentos. La banda sonora, aunque entretenida, a veces se siente impositiva, sobresaltando más de lo que refuerza la atmósfera. La película parece querer evocar la nostalgia por las películas de los 80, pero la referencia se siente más como una mera decoración que como una verdadera inspiración.

Las actuaciones son generalmente sólidas. Avan Soto consigue transmitir la frustración y la desesperación de Louise, mientras que Helena Bonham Carter aporta un aire excéntrico y divertido a su papel como Madame Serena. Sin embargo, el reparto secundario no alcanza el mismo nivel. Algunos personajes quedan planos y carecen de desarrollo. La química entre Louise y Brad, crucial para el desarrollo emocional de la historia, no llega a consolidarse, dejando la relación sin profundidad.

En última instancia, "Una disparatada bruja en la universidad" es un ejercicio interesante, pero imperfecto. Aunque la película plantea preguntas relevantes sobre la cultura del cine y la búsqueda de la identidad, su ejecución es desigual y su mensaje, a veces confuso. Se echa de menos una mayor audacia narrativa y una mayor coherencia en la presentación de los elementos fantásticos. La película aspira a ser una reflexión sobre el cine, pero en su lugar, resulta ser un proyecto ambicioso pero poco logrado.

Nota: 6/10