Una nueva vida (2017)

“Una nueva vida” es, en su esencia, un drama familiar con un toque de melancolía norteamericana que, aunque no llega a la innovación, consigue mantener al espectador enganchado a medida que se desarrolla su lenta pero constante transformación. La película, dirigida por Michael Skakel, opta por una estética rural, con las verdes llanuras de California del Norte como telón de fondo para la historia de Mark (Kyle Chandler), un viudo que, tras la trágica muerte de su esposa, intenta reconstruir su vida junto a su hijo, Billy (Charlie Heaton). Este trasplante, tanto geográfico como emocional, es el motor que impulsa la narrativa, y la película logra capturar, con cierta delicadeza, el dolor y la incertidumbre que acompaña a una pérdida tan profunda.

La dirección de Skakel no es grandilocuente, pero se centra en la construcción del personaje y en la atmósfera. Logra, sin caer en clichés, transmitir la soledad y el aislamiento de Mark, y la búsqueda incipiente de su hijo por encontrar un nuevo propósito. Las escenas del instituto, por ejemplo, son sutiles y realistas, capturando la incomodidad y el deseo de pertenencia de Billy, un adolescente que intenta encontrar su lugar en un entorno desconocido. La película no se obsesiona con el drama adolescente, sino que utiliza estos momentos para revelar la vulnerabilidad y el anhelo de Billy por conectar con otras personas.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Kyle Chandler ofrece una interpretación conmovedora como Mark, un hombre marcado por la pérdida pero que se aferra a la esperanza con una determinación silenciosa. Charlie Heaton, por su parte, logra transmitir la frustración y el resentimiento de Billy, a la vez que revela su capacidad para crecer y adaptarse. Sin embargo, la película se beneficia especialmente de la presencia de las dos mujeres, Sarah (Jessica Harlowe) y Amelia (Kathryn Newton), que aportan un dinamismo inesperado a la historia. Sus interacciones con Mark y Billy son complejas y, a menudo, ambiguas, generando tensión y conflicto que mantienen el interés del espectador.

A pesar de sus virtudes, “Una nueva vida” no está exenta de fallas. El guion, aunque bien construido en su base, carece de un impacto emocional más profundo. Algunas situaciones, especialmente las relacionadas con las dos mujeres, se sienten un tanto forzadas y carecen de la sutileza que podría haber elevado la historia. La trama, aunque dinámica, podría haber explorado más a fondo las motivaciones de los personajes y las consecuencias de sus decisiones. Sin embargo, la película logra crear una atmósfera melancólica y reflexiva, invitando al espectador a cuestionarse sobre el significado de la vida, la pérdida y la posibilidad de encontrar la felicidad en lugares inesperados.

En definitiva, “Una nueva vida” es un drama familiar agradable y entretenido, que, aunque no alcanza la excelencia cinematográfica, ofrece una reflexión sobre la fragilidad de la vida y la importancia de los vínculos humanos. Nota: 7/10