Under the Rainbow (1981)

“Hotel Arcoíris” es una película que, en su esencia, parece un homenaje nostálgico y, a la vez, un guiño irónico al cine de Hollywood de la época dorada. Dirigida por Charles Martin Smith, la película se presenta como un torbellino de color, personajes excéntricos y situaciones absurdas, lo que la convierte en una experiencia visualmente estimulante y, por momentos, notablemente divertida. Sin embargo, tras el brillo superficial, se revela una narrativa que, aunque entretenida, carece de la profundidad y complejidad que podrían haberla elevado a algo realmente memorable.

La dirección de Smith es, sin duda, el punto fuerte de la película. El uso del color es exuberante, casi teatral, y se integra de manera efectiva con la locura que se despliega en el hotel. Las escenas de acción, aunque realizadas con un presupuesto limitado, son sorprendentemente dinámicas y llenas de energía. Smith logra capturar el caos de la Segunda Guerra Mundial y la extravagancia de los personajes con un ritmo vertiginoso, aprovechando al máximo el potencial de la comedia. Pero esta abundancia visual a veces puede sentirse, incluso, un tanto agotadora, sobrecargando la experiencia del espectador.

Las actuaciones son bastante sólidas, especialmente la de Gene Kelly, quien interpreta al joven gerente del hotel con una naturalidad y un encanto que atraen inmediatamente la atención. Su evolución a lo largo de la película es convincente, y su química con Debbie Reynolds, que interpreta a la exigente directora de casting, es genuina y añade un elemento romántico interesante a la trama. El resto del elenco, que incluye a actores como Mickey Rooney, Joan Collins y, por supuesto, los "munchkins", contribuye a la atmósfera caótica y caricaturesca de la película. Sin embargo, a veces, las interpretaciones se centran más en la exageración que en la sutileza, lo que puede restar credibilidad a algunas escenas.

En cuanto al guion, “Hotel Arcoíris” presenta un concepto interesante: un hotel que se convierte en un refugio para personajes de todas las clases sociales, en medio de una guerra que amenaza con desmoronar el mundo. La idea de encontrar un punto de conexión en medio del caos es atractiva. No obstante, el guion es relativamente simple y se basa en clichés de la comedia, recurriendo a situaciones predecibles y diálogos a veces forzados. La trama principal, centrada en la atracción romántica entre Bruce Thorpe y Annie Clark, se siente un poco apresurada y carece de la construcción necesaria para que el espectador se involucre plenamente en sus emociones. Se intenta introducir elementos de thriller y espionaje, pero estos se integran de manera superficial, quedando relegados a la mera decoración de la comedia.

En definitiva, “Hotel Arcoíris” es una película entretenida y visualmente atractiva, que ofrece un escape de color y diversión en un contexto histórico turbulento. Pero, a pesar de su encanto superficial, carece de la sustancia narrativa y la profundidad emocional que la harían destacar como una obra realmente memorable. Es un espectáculo colorido, pero quizás un poco vacío.

Nota: 6/10