Uno tan diferente como yo (2017)

“Uno tan diferente como yo” es una película que, en su ejecución, logra generar una cierta resonancia emocional, aunque su ambición dramática a veces la lleva a terrenos un tanto predecibles. La historia, centrada en la vida de Ron Hall, un exitoso marchante de arte que se enfrenta a la crisis marital y al impacto de un encuentro inesperado, se centra en la exploración de la vulnerabilidad humana y la búsqueda de la conexión en medio de la aparente distancia entre dos personas que, al parecer, no tienen nada en común.

La dirección de Kenneth Draztik se caracteriza por un enfoque visual suave y contemplativo, que se adapta bien al tono melancólico de la narrativa. No se apura en sus momentos de introspección, permitiendo que el espectador se sumerja en los pensamientos y emociones de los personajes. Sin embargo, a veces la contemplación se vuelve excesiva, alargando ciertos planos y ralentizando el ritmo de la película de manera innecesaria. Draztik logra capturar la atmósfera de Nueva Orleans, con sus colores vibrantes y su ambiente particular, que sirve como telón de fondo perfecto para la historia.

Las actuaciones son, en su mayoría, sólidas. Richard Gere, como Ron Hall, ofrece una interpretación sutil y matizada, transmitiendo con eficacia la angustia y la confusión de un hombre que lucha por aferrarse a su matrimonio. Es una actuación que se beneficia de la sutileza, evitando caer en el melodrama excesivo. Pero es James Belushi, en el papel del vagabundo, quien realmente brilla. Su personaje, complejo y profundamente marcado por el pasado, es interpretado con una honestidad y una vulnerabilidad que sorprenden. Belushi aporta una vitalidad inesperada a la película y su química con Gere es genuina, siendo el punto fuerte de la narrativa. La química entre ambos es la piedra angular del éxito emocional de la película.

El guion, aunque generalmente sólido, presenta algunas fallas. La trama, basada en una premisa interesante, se complica con ciertos giros argumentales que, en mi opinión, no están completamente justificados. Hay momentos en que la historia se siente un poco forzada, intentando añadir elementos dramáticos que no encajan naturalmente con el desarrollo de la relación entre los personajes. A pesar de ello, las conversaciones entre Ron y el vagabundo son, en su mayoría, auténticas y reveladoras, explorando temas como la pérdida, el arrepentimiento y la búsqueda del perdón. La película toca temas importantes con sensibilidad, pero a veces se deja llevar por la sentimentalidad fácil.

En resumen, “Uno tan diferente como yo” es una película agradable, con actuaciones destacadas y una atmósfera evocadora. Aunque su guion no es perfecto, su capacidad para generar una conexión emocional con el público es innegable. Se trata de una película que invita a la reflexión sobre la importancia de la empatía y la posibilidad de encontrar la redención incluso en los momentos más oscuros de nuestra vida.

Nota: 7/10