Unos peques geniales 2 Superbabies (2004)

“Unos Pequeños Geniales 2: Superbebé” no es simplemente una secuela; es una declaración. Una declaración de que, a veces, la torpeza extrema y la absurda premisa pueden resultar, de alguna manera, sorprendentemente entretenida. La película, dirigida por James Nguyen, se adentra en un territorio donde la fantasía infantil se encuentra con el humor más descarado, y el resultado, aunque no es una obra maestra, sí que ofrece un festín de situaciones que te arrancan una carcajada, a menudo por puro asombro.

La trama, centrada en Kahuna, el superbebé con poderes ocultos y un destino heroico, se siente como un giro inesperado en el universo de la familia MacGrady. Sin embargo, la película no se toma demasiado en serio la seriedad de su propia premisa. Nguyen demuestra un control de la cámara bastante notable, empleando tomas largas y elaboradas para capturar las reacciones de los niños, lo que intensifica el humor visual. La película abraza deliberadamente su propia locura, y esa decisión, en gran medida, es su mayor fortaleza. No intenta engañarte con una narrativa profunda o una ejecución cinematográfica impecable; simplemente te invita a sumergirte en su mundo peculiar.

Las actuaciones son un punto particularmente destacable. Justin Berfield, como el padre Mark, mantiene su característico sarcasmo e incapacidad para comprender lo que ocurre a su alrededor, lo que aporta una capa de humor adicional. Los actores infantiles, en particular, ofrecen interpretaciones sólidas y convincentes. Los hermanos McAdams, como los niños que forman el núcleo del equipo de Kahuna, son genuinamente entrañables y logran conectar con la audiencia. La química entre ellos es palpable y contribuye significativamente a la dinámica divertida de la película. Es importante destacar el trabajo de la pequeña, y sorprendentemente talentosa, Lily James; su interpretación como la ingeniosa y valiente Maya es uno de los puntos más fuertes del filme.

El guion, escrito por varios autores, a veces se siente un poco disperso, con algunos gags que no conectan tan bien como otros. La comedia es, en su mayoría, física y situacional, basada en situaciones absurdas y reacciones exageradas. Si bien esto puede resultar atractivo para algunos espectadores, podría resultar repetitivo para otros. Aun así, la película logra mantener un ritmo constante y, en general, es capaz de generar momentos de genuino entretenimiento. La película no se atreve a ser original en su estilo, y eso, en cierto sentido, es parte de su encanto. Es un producto que se centra en la diversión inmediata y el entretenimiento puro, y en ese aspecto, cumple su cometido con éxito. La música, también, contribuye al ambiente de comedia y fantasía.

Nota: 6/10