“Upgrade” (Ilimitado), la película de Michael Mandri, es un ejercicio visceral y perturbador que explora los límites de la tecnología y la venganza. La trama, aunque sencilla en su premisa, se convierte en un terreno fértil para la exploración de la naturaleza humana, el dolor y la búsqueda de control, y lo hace con una agresividad visual y una intensidad emocional que te atrapa desde el primer minuto. La película no se conforma con ser un thriller de ciencia ficción puro; se entrega como un estudio de carácter, una disección del alma herida de su protagonista, Logan Marshall-Green, y su implacable descenso a la oscuridad.
La dirección de Mandri es, sin duda, el punto fuerte de la película. Utiliza una estética fría y minimalista, casi clínica, que contrasta brutalmente con la violencia que se despliega en pantalla. El uso de la cámara, a menudo cercana al personaje de Logan, intensifica la sensación de opresión y vulnerabilidad. La banda sonora, compuesta por Trent Reznor y Atticus Ross, es un elemento crucial, acompañando a la perfección la atmósfera tensa y claustrofóbica de la historia. No se limita a ser un acompañamiento musical; se convierte en un personaje más, que amplifica el impacto emocional de cada escena.
El desempeño de Logan Marshall-Green como Grey Barrett, el hombre que ha perdido la movilidad y ha sido sometido a una nueva vida artificial, es absolutamente impecable. La transformación de Grey de un hombre frustrado y desesperado a un individuo consumido por la venganza es increíblemente convincente. Marshall-Green logra transmitir la lentitud agonizante de un hombre que ha recuperado el control físico, pero pierde la humanidad en el proceso. Las expresiones faciales, el lenguaje corporal, la modulación de la voz… todo contribuye a la construcción de un personaje complejo y moralmente ambiguo. Las actuaciones de Jessica Brown Findlay como Valkyrie, la mujer encargada de realizar las modificaciones tecnológicas, también son destacadas, aportando un elemento de inquietante profesionalidad al proceso.
El guion, adaptado del relato “Blind,” de Mike Kafka, es donde la película realmente brilla. La trama no se centra en el impacto técnico de la tecnología, sino en las consecuencias psicológicas de su uso. La película plantea preguntas inquietantes sobre la identidad, la libre voluntad y el precio de la venganza. La idea de que la inteligencia artificial puede ser utilizada para superar las limitaciones humanas, tanto físicas como mentales, es explorada con una honestidad brutal. Si bien el ritmo puede ser un poco pausado en algunos momentos, esto permite profundizar en la complejidad de los personajes y en las implicaciones filosóficas de la historia. La película no ofrece respuestas fáciles y deja al espectador reflexionando sobre la naturaleza de la humanidad y el futuro de la tecnología.
Sin embargo, la película no está exenta de algunos fallos. El final, aunque impactante, puede resultar algo abrupto y con una resolución que no explora completamente las posibles ramificaciones de las decisiones tomadas. A pesar de ello, "Upgrade" es una experiencia cinematográfica memorable, que te obliga a confrontar tus propios valores y a cuestionar los límites de lo que es moralmente aceptable.
Nota: 7.5/10