Vacaciones en Las Vegas (1997)

‘Vacaciones en Las Vegas’ (1998) es un clásico consumado, una comedia familiar que sigue brillando con el paso de las décadas, no solo por su encanto nostálgico, sino también por la brillantez de su ejecución. La película, dirigida por Rob Reiner, no intenta reinventar la rueda del género comedia familiar, sino que se basa en una fórmula probada y verdadera: un padre sobrecargado de responsabilidades que, en su afán de dar una buena vez a su familia, termina desencadenando una serie de desastres hilarantes y desastrosas. Y vaya que lo hace con maestría.

La dirección de Reiner es precisa y llena de detalles visuales que elevan la comedia. Desde la opulencia deslumbrante y casi paródica de Las Vegas, contrastada con la monotonía y el desorden del hogar Griswold, hasta las secuencias de acción caóticas, cada plano está cuidadosamente pensado para maximizar el efecto cómico. La película no se limita a mostrar el caos; lo documenta con un realismo que lo hace aún más divertido. La banda sonora, integrada a la perfección, refuerza la atmósfera y las emociones de cada escena, desde el ritmo frenético del juego hasta la calidez de los momentos familiares.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Chevy Chase como Clark Griswold ofrece una interpretación memorable, entregando un padre exasperado y profundamente aficionado al juego de manera absolutamente creíble. La interpretación de Goldie Hawn como Ellen Griswold complementa a la perfección la de Chase, mostrando un equilibrio entre la paciencia y la exasperación. Sin embargo, el verdadero soplo de vida de la película son los niños, Bryan Cranston como Francine y Julia Louis-Dreyer como Muriel. Ambos aportan una vulnerabilidad y un encanto que hacen que sus desventuras sean tremendamente identificables y divertidas. Cranston, en particular, se desvela en el papel de un padre que lucha por mantener la calma mientras el caos se desborda a su alrededor, mostrando un humor sutil y sofisticado.

El guion, coescrito por John Hughes y Carl Lebow, es agudo y lleno de situaciones absurdas que, sin embargo, siempre están impulsadas por personajes entrañables. Las gags se construyen a partir de la exageración de la situación, donde la búsqueda de la perfección familiar se convierte en un catalizador para el desastre. La película logra equilibrar la comedia slapstick con momentos de humor más inteligente, lo que la hace accesible a un público amplio. La construcción de la trama es sólida, con un ritmo trepidante que mantiene al espectador enganchado desde el principio hasta el final. La película no se burla de la cultura del juego, sino que la explora desde la perspectiva de una familia que se ve atrapada en su voracidad.

En definitiva, ‘Vacaciones en Las Vegas’ es una comedia familiar impecable que sigue siendo tan divertida hoy como lo fue hace tres décadas. Su encanto reside en su capacidad para transportar al espectador a un mundo de glamour, peligro y caos, mientras que su núcleo emocional radica en la lucha de una familia por mantenerse unida a pesar de las circunstancias. Es una película que se disfruta en compañía de la familia y que, sin duda, merece su lugar en la historia del cine.

Nota: 8/10