Vacaciones en Roma (1953)

“Vacaciones en Roma” es, en esencia, un cuento de hadas moderno, una fábula sobre el amor que florece en un entorno inesperado y repleto de glamour. La película, dirigida por Nora Ephron, se presenta como una comedia romántica ligera y, en cierta medida, nostálgica, pero que, a pesar de su aparente simplicidad, logra entretejer una trama sorprendentemente efectiva y llena de encanto. La premisa, una princesa europea que se fuga a Roma para escapar de las responsabilidades de su vida y conocer a un periodista que busca una exclusiva, es un punto de partida sólido, pero es la forma en que Ephron lo desarrolla lo que realmente la distingue.

Julia Roberts y Richard Gere ofrecen actuaciones magníficas. Roberts, en el papel de Kelly, la princesa, transmite una vitalidad y un sarcasmo que la convierten en una protagonista entrañable y con la que es fácil identificarse. Su personaje, a pesar de su origen privilegiado, se muestra vulnerable, rebelde y decidida a vivir su propia vida, lejos de las expectativas que le impone su familia. Gere, como el periodista Joe Fontana, aporta un equilibrio perfecto a la comedia, mostrando un hombre encantador pero también un tanto torpe y con un deseo genuino de hacer el bien, incluso si eso implica un poco de manipulación. La química entre ambos actores es palpable, creando momentos cómicos genuinos y, lo que es más importante, una conexión emocional creíble.

El guion, adaptado de la novela de Evelyn Waugh, es inteligente y se beneficia de una estructura narrativa que, aunque a veces recurre a algunos clichés del género romántico, logra mantener el interés del espectador. Ephron no se aferra a la grandilocuencia; en cambio, se centra en los detalles cotidianos, en las conversaciones casuales, en los momentos de humor sutil. La película se beneficia enormemente de la ambientación en Roma, que no es solo un telón de fondo, sino un personaje en sí mismo. Las imágenes de la ciudad, con sus calles estrechas, sus plazas imponentes y su vibrante vida nocturna, se integran de forma natural en la historia y contribuyen a crear una atmósfera mágica. La película, sin embargo, no rehúye de abordar temas como la fama, el poder y las responsabilidades, aunque lo hace de forma ligera y sin dogmatismos.

A pesar de su tono optimista, "Vacaciones en Roma" también evoca un sentimiento de melancolía. La película recuerda a una época en la que las relaciones eran más puras y menos mediadas por la imagen. Es una película que, a un nivel superficial, promete escapismo y diversión, pero que, en realidad, invita a reflexionar sobre el significado de la felicidad y la importancia de seguir nuestros propios deseos. Es un clásico moderno que, a pesar del paso del tiempo, conserva su encanto y su capacidad para evocar sonrisas y, quizás, alguna lágrima.

Nota: 8/10