“Vaiana” es, sin duda, una película que exige una mirada atenta y un cierto conocimiento previo de la mitología polinesia. Disney ha apostado fuerte por una narrativa que, a pesar de su factura visual deslumbrante, presenta una historia que, en su ejecución, no alcanza la complejidad y la profundidad que prometía. La película, en su esencia, es un homenaje vibrante a las leyendas de la Polinesia, pero se pierde, en ocasiones, en un exceso de optimismo y un desarrollo de personajes que, aunque carismáticos, resultan algo superficiales.
La dirección de los hermanos Clements y Docter, como siempre, es impecable. La animación es una maravilla, una explosión de color y movimiento que transporta al espectador a un mundo submarino rico en detalles y texturas. La representación del océano es particularmente impresionante, con corrientes turbulentas, criaturas marinas fantásticas y paisajes submarinos que parecen sacados de un sueño. Sin embargo, la belleza visual a veces eclipsa la narrativa, creando una sensación de que la película se centra demasiado en el espectáculo y no lo suficiente en la historia que se cuenta. La acción, aunque espectacular, se siente a veces repetitiva y carece de un propósito narrativo claro más allá de mantener la adrenalina del espectador.
Aline Rivera, como Vaiana, ofrece una interpretación convincente de una joven obstinada, rebelde y decidida. Su evolución a lo largo de la película, desde la irreverencia adolescente hasta la aceptación de sus responsabilidades, es el núcleo emocional de la narrativa. Teje con el espectador una conexión genuina, y su lucha por equilibrar la tradición con el deseo de libertad es un tema universalmente resonante. Mahiki, interpretado por Dwayne Johnson, aporta un contrapunto cómico y, aunque su personaje es un cliché del héroe arrogante, su interacción con Vaiana es entretenida y contribuye al desarrollo de la trama. Sin embargo, la relación entre Vaiana y Maui, aunque llena de momentos divertidos, se siente un poco forzada y predecible.
El guion, a pesar de la influencia de la mitología, carece de la sutileza y la profundidad que se esperaría de una película de Disney con tanta ambición temática. La resolución del conflicto, aunque heroica, se siente un tanto simplista y carece de matices. La película aborda temas importantes como la responsabilidad, la tradición y el sacrificio, pero no explora su complejidad de manera suficiente. La caracterización de Maui, a pesar del carisma de Dwayne Johnson, es una representación simplificada del semidiós, reduciéndolo a un personaje cómico y ligeramente unidimensional. La película no se atreve a confrontar la verdad incómoda del legado de Maui, evitando un análisis más profundo de su impacto en la cultura polinesia.
En definitiva, “Vaiana” es una película visualmente impresionante, con una protagonista carismática, pero con un guion que, en última instancia, no cumple con todas las expectativas. Es un entretenimiento sólido, pero no una obra maestra de la animación.
Nota: 7/10