Vampira humanista busca suicida (2023)

“Vampira Humanista Busca Suicida” es una propuesta fresca, inesperada y, en última instancia, sorprendentemente conmovedora que desafía las expectativas del género de terror gótico. A primera vista, la película, dirigida con una sensibilidad casi documental por Anya Volkov, parece una variante del subgénero “romance oscuro”, pero se adentra con decisión en territorios mucho más complejos, explorando temas como la soledad, la pérdida y la búsqueda de significado en la vida, incluso en sus momentos más desesperados.

La película se centra en Sasha (interpretada por una fascinante Leonora Vega), una joven vampira atormentada por su incapacidad para realizar la tarea esencial de su especie: matar. Esta incapacidad no es solo una peculiaridad, sino una carga emocional que la consume y la hace aún más vulnerable. La dirección de Volkov evita caer en clichés visuales del género, privilegiando un tratamiento visual sobrio y deliberadamente oscuro, que refleja el estado emocional de su protagonista. La fotografía de Dimitri Petrov contribuye a esta atmósfera, con sombras largas y una paleta de colores apagados que transmiten una sensación constante de melancolía.

La historia toma un giro inesperado cuando Sasha conoce a Paul (interpretado por el prometedor Daniel Ramirez), un adolescente con tendencias suicidas que, tras una extraña conexión con la vampira, se ofrece a darle la muerte a cambio de una última oportunidad de vivir. Lo que se convierte en un acuerdo pactado se transforma rápidamente en una búsqueda nocturna, una carrera contra el tiempo para cumplir los deseos de Paul, cada uno de ellos teñido de dolor y anhelo. El guion de Sofía García es la verdadera joya de la película. Evita simplismos, explorando las motivaciones de ambos personajes con gran matiz y evitando cualquier romanticismo excesivo. La relación entre Sasha y Paul no es un romance convencional; es una conexión forjada en la desesperación compartida, un lazo que emerge de la aceptación de la vulnerabilidad y la necesidad de encontrar un propósito en medio de la oscuridad. Ramirez, en particular, ofrece una actuación notable, transmitiendo la desesperación y la esperanza de Paul con una intensidad palpable.

La película no se obsesiona con la acción o los efectos especiales. Su poder reside en la capacidad de generar empatía por sus personajes y de plantear preguntas profundas sobre la naturaleza de la vida y la muerte. El ritmo pausado y la atención al detalle permiten que la historia resuene con fuerza, invitando al espectador a reflexionar sobre sus propias convicciones y a cuestionar los valores que guían sus decisiones. “Vampira Humanista Busca Suicida” es un ejemplo de cómo el horror puede ser utilizado como herramienta para la exploración de temas sociales y emocionales, superando las expectativas de un género tradicional y ofreciendo una experiencia cinematográfica memorable y profundamente conmovedora. Es una película que perdura mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar.

Nota: 8/10