Vampiro al rescate (2022)

“Vampiro al rescate” (1987) no es, sin duda, una obra maestra del cine de fantasía soviético, pero sí un entretenimiento robusto y sorprendentemente efectivo que, a pesar de su evidente influencia de los cuentos populares rusos, logra crear un universo propio con un particular encanto visual y una dosis saludable de humor negro. La película, dirigida por Sergei Solovyov, se aferra con firmeza a la estética de los años 80, impregnando la narrativa con una paleta de colores vibrantes y escenarios elaborados que, aunque a veces ostentan un aire kitsch, contribuyen a crear una atmósfera lúdica y a la vez ominosa.

El núcleo de la historia, la persecución de Varvara por parte de Koschei, es una premisa atractiva y, curiosamente, la película la maneja con una sorprendente naturalidad. La actuación de Tatyana Khilko como Varvara es el corazón palpitante de la cinta. Ella captura a la perfección la combinación de fuerza y vulnerabilidad de la heroína, su espíritu competitivo en el combate y su angustia ante la amenaza vampírica. Sin embargo, la dirección de Solovyov se apoya en la comedia física en las escenas de lucha, que a veces resultan desproporcionadas y, a pesar de su intención humorística, pueden parecer un tanto forzadas y carentes de sutileza. Los efectos especiales, por su parte, son, naturalmente, del nivel de los tiempos, pero contribuyen considerablemente al espíritu campestre y caricaturesco de la película.

La trama se beneficia de un guion que, aunque no escatima en clichés del género – el vampiro solitario, la princesa en peligro, el artefacto mágico – los presenta con una perspectiva refrescante. Koschei, interpretado por el siempre imponente Anatoli Sosnovsky, es un villano que va más allá de la simple amenaza. Su melancolía y soledad, expuestas a través de sus monólogos filosóficos sobre el amor y la eterna juventud, lo humanizan y, de alguna manera, lo hacen más interesante que muchos de sus contemporáneos en el cine de terror. El giro argumental, con la aguja que contiene la muerte de Koschei, es ingenioso y agrega una capa de complejidad a la historia. No es un capricho estilístico, sino una reflexión sobre el precio de la inmortalidad y la inevitabilidad del destino.

A pesar de sus deficiencias técnicas y algunos momentos de torpeza, "Vampiro al rescate" es una película que se disfruta con gusto. Su encanto reside en su capacidad para mezclar elementos de cuento de hadas, comedia y terror, creando una experiencia cinematográfica única y memorable. Es un ejemplo del cine soviético de la época, un entretenimiento visualmente estimulante que, a juzgar por sus intenciones, siempre ha sido capaz de ofrecer algo más que un simple thriller sobrenatural. La película funciona como un espejo de una era, reflejando tanto los miedos como las aspiraciones de una sociedad en transición.

Nota: 7/10