¡Vaya bichos! (2017)

“¡Vaya bichos!” es una propuesta animada y sorprendentemente ingeniosa que, aunque no alcanza la perfección, ofrece una experiencia visualmente estimulante y, lo más importante, divertida. Dirigida por la dupla de animadores Yugal Verma y Manjit Sangra, la película se aleja de los tropos convencionales del género de aventuras familiares, presentando una colmena de abejas con una dinámica interna compleja y personajes memorables, tanto insectos como humanos. La película no se limita a contar una historia; construye un mundo vibrante donde las normas sociales, la política interna y la simple supervivencia son constantemente desafiadas.

La dirección es inteligente y se beneficia de un estilo de animación que equilibra la estética tradicional de Disney con un toque más oscuro y moderno. Se aprecia un uso hábil del color y la iluminación, que se intensifica en las escenas de acción, creando momentos visualmente impactantes. La complejidad del diseño de la colmena, con sus diferentes castas y jerarquías, es sorprendentemente detallada y se siente orgánica, lo que contribuye a la credibilidad del mundo creado. Sin embargo, a veces, la sobreexposición visual en algunas de las escenas de acción puede ser un poco abrumadora y restar impacto al desarrollo de la trama.

El reparto de voces es, en general, sólido. El joven Liam James Myers ofrece una interpretación convincente como Apolo, el artista despreocupado que se ve envuelto en el conflicto. La actuación de Madeline Carroll como Wendy es particularmente destacable. Carroll logra capturar tanto la astucia como la vulnerabilidad de la joven, creando un personaje ambiguo que no es simplemente el antagonista malvado por serlo. La química entre Myers y Carroll es palpable, lo que enriquece la dinámica dramática central de la película. Además, las voces de los insectos son sorprendentemente efectivas, aportando un toque de humor y personalidad a cada personaje.

El guion, aunque en ocasiones un poco predecible, presenta ideas frescas y una trama que evoluciona de manera dinámica. La premisa de un artista atrapado en un reino de abejas y sus intentos por rescatar a la reina es interesante y proporciona un marco para explorar temas como la lealtad, el sacrificio y la búsqueda de la justicia. No obstante, el ritmo puede ser irregular, con algunos momentos de desarrollo de personajes que se sienten apresurados, mientras que otros se alargan innecesariamente. El giro argumental, aunque ingenioso, podría haberse desarrollado con mayor profundidad, permitiendo al espectador conectar más emocionalmente con las consecuencias de las acciones de los personajes. En general, el guion funciona como el motor principal de la película y aporta la mayor parte del valor añadido a la experiencia.

A pesar de algunas fallas menores, “¡Vaya bichos!” es una película que merece ser vista. Su combinación de animación atractiva, personajes memorables y una historia que desafía las expectativas la convierten en una opción entretenida para toda la familia. Es un ejemplo de que la animación puede ser mucho más que simplemente “dibujos animados” y puede contar historias complejas y reflexivas.

Nota: 7/10