¡Vaya patrulla! (2014)

“¡Vaya patrulla!” (Rush Hour) es una comedia policial que, a pesar de sus años, sigue siendo un festín de entretenimiento puro y duro. La película, dirigida por Jon Stewart y Brett Ratner, no busca la profundidad ni la complejidad narrativa; simplemente ofrece una dosis generosa de acción, humor absurdo y química innegable entre sus protagonistas: Jackie Chan y Chris Tucker. Si bien la premisa –un policía chino y un policía estadounidense, ambos con estilos radicalmente diferentes, deben colaborar para resolver un caso– ya es un cliché, la ejecución es lo que la salva y la convierte en una experiencia memorable.

La dirección de Stewart y Ratner es eficiente y dinámica. Emplean un montage rápido y una coreografía de acción magistral, liderada por Jackie Chan, que es, sin duda, el corazón y alma de la película. Las escenas de persecución son vertiginosas, creativas y, a menudo, hilarantes, gracias a la habilidad de Chan para interpretar la acción de una manera exagerada y con un toque de humor físico que es característico de su estilo. La película se centra en la construcción de la relación entre Ben y James, y ambos directores lo logran con maestría. La coreografía es tan inteligente como divertida, con momentos que no solo son visualmente espectaculares sino también profundamente cómicos. Sin embargo, a veces la sobreexposición visual y el ritmo frenético pueden resultar un poco agotadores para el espectador.

Las actuaciones son, por supuesto, el punto fuerte de la película. Jackie Chan brilla con luz propia, mostrando una versatilidad sorprendente en su interpretación de Ben, un hombre con una rutina monótona pero con un gran corazón. Su timing cómico es impecable y su capacidad para transformar situaciones peligrosas en momentos hilarantes es inigualable. Chris Tucker, por su parte, es un torbellino de energía y sarcasmo como James Mosk, el detective estadounidense con un sentido del humor implacable. Su química con Chan es simplemente electrizante y, sin duda, el motor principal del éxito de la película. La interacción entre ambos es el núcleo de la comedia y la razón por la que el espectador se engancha a la historia. Además, el elenco de secundarios, incluyendo a Dennis Hopper, aporta frescura y dinamismo a la trama.

El guion, aunque previsible y lleno de clichés de género, se beneficia de un diálogo ágil y mordaz. La trama, centrada en un caso de tráfico de drogas, es relativamente sencilla pero efectiva. Se apoya en gags visuales y situaciones ridículas que se desarrollan de forma natural, sin forzarse. No obstante, algunos diálogos pueden sentirse un poco lánguidos en comparación con el ritmo frenético de la acción y la comedia. En resumen, la película utiliza los clichés del género policial y de acción como base para construir una historia divertida y entretenida. Sin embargo, la falta de profundidad narrativa es un precio que se paga por la priorización del humor y la acción.

Nota: 7/10