“Venganza” (aka “Vengeance”) de Bo Burnham es mucho más que un thriller de crimen con elementos de comedia negra; es una meditación incómoda y perturbadora sobre la culpa, la redención y la relatividad moral. La película, con una dirección impecable de Burnham, se sumerge en la mente fracturada de Ben Manalowitz, un periodista de podcasts de Nueva York que viaja a un remoto rancho en Texas, atormentado por la muerte de una joven con la que tuvo una aventura fallida. Desde el principio, la narrativa se construye con una atmósfera de inquietud opresiva, amplificada por la fotografía en blanco y negro que acentúa la sensación de aislamiento y desolación del protagonista.
El guion, además de la intrincada trama que se desarrolla, es la verdadera joya de la película. Burnham, que también es el escritor, no rehúye la complejidad de los personajes y sus motivaciones. Ben, interpretado con una autenticidad desgarradora por John Cho, es un individuo profundamente imperfecto, lleno de contradicciones y atajos morales. Su viaje de investigación lo lleva a cuestionar sus propias acciones y a confrontar la verdad sobre lo que realmente ocurrió. La película utiliza el formato de podcast como una herramienta narrativa crucial, permitiendo al espectador acceder a las reflexiones internas de Ben, a su paranoia y a sus intentos de justificar su comportamiento. Estas voces off, que se intercalan con la acción, añaden una capa de subjetividad y ambigüedad que obliga al espectador a formarse su propia opinión sobre los hechos.
La dirección de Burnham es magistral en la construcción del suspense y la creación de una atmósfera visualmente impactante. La elección del blanco y negro no es casual; refleja la descoloración moral de los personajes y la falta de esperanza en el entorno. Los planos son largos, contemplativos, lo que permite al espectador absorber la tensión y la incomodidad. Además, la película juega con las expectativas del espectador, presentando giros argumentales inesperados y revelaciones impactantes. La banda sonora, también de Burnham, contribuye significativamente a la atmósfera, utilizando piezas instrumentales que evocan sentimientos de melancolía, paranoia y desesperación.
La actuación de John Cho es excepcional. Logra transmitir la vulnerabilidad, la duda y la desesperación de Ben con una sutileza y una honestidad conmovedora. El resto del elenco, que incluye a Dylan Minogue y Brandon Scott Jones, también ofrece interpretaciones sólidas, contribuyendo a la verosimilitud y al impacto emocional de la película. Sin embargo, es la complejidad del personaje de Ben, y la forma en que Cho lo plasma, lo que eleva la película a un nivel superior. La película no ofrece respuestas fáciles ni juicios morales definitivos; simplemente plantea preguntas incómodas sobre la naturaleza de la venganza y la responsabilidad individual.
En definitiva, “Venganza” es una película provocadora, inteligente y visualmente impactante. Es una experiencia cinematográfica que permanecerá en la memoria del espectador mucho después de que terminen los créditos. Es una película que invita a la reflexión y que, sin duda, generará debate y discusión.
Nota: 8.5/10