Venganza: Conexión Estambul (2012)

“Venganza: Conexión Estambul” no es una revolución cinematográfica, ni siquiera una incursión particularmente fresca en el subgénero de la acción que ya ha dominado la cartelera. Sin embargo, la película de Jon Turteltaub logra, en gran medida, reconectar con el personaje de Bryan Mills, interpretado por Liam Neeson, ofreciendo una experiencia entretenida y, en ciertos momentos, hasta visceral. La película se sitúa dentro de la franquicia "Aceleración", y se aprovecha, de manera efectiva, el trauma y la reputación del ex agente de la CIA como un hombre a quien no se debe subestimar. La premisa inicial, la venganza personal y el uso de una ciudad vibrante como Estambul como escenario, funciona muy bien, creando un contraste interesante entre la belleza y la amenaza latente de la capital turca.

La dirección de Turteltaub es pragmática y funcional. Se centra en las secuencias de acción, que son intensas, coreografadas con soltura y, en su mayoría, convincentes. Hay una clara apuesta por la acción realista, evitando la sobreexposición de efectos especiales innecesarios. Sin embargo, la dirección no busca la originalidad en el estilo visual. La película se apoya en el uso de planos dinámicos y la planificación cuidadosa de las escenas de pelea, pero no se distingue por una estética particularmente memorable. La banda sonora, aunque presente, no alcanza a ser un elemento que realmente eleve la experiencia.

La actuación de Liam Neeson es, como siempre, sólida. Neeson ofrece una presencia imponente, capaz de transmitir tanto la fragilidad de un padre preocupado por la seguridad de su familia, como la determinación implacable de un hombre dispuesto a todo para proteger a sus seres queridos. La dinámica entre Neeson y su esposa, interpretada por Diane Kruger, es el núcleo emocional de la película y se siente genuina. Las interpretaciones secundarias, aunque cumplen su función, no logran destacar. El villano, aunque amenazante en su retórica, carece de profundidad y se queda en un arquetipo clásico de antagonista sediento de venganza.

El guion, sin embargo, es donde la película más notablemente falta. Si bien la trama principal es comprensible, se apoya demasiado en clichés del género y recurre a giros argumentales predecibles. La resolución, aunque satisfactoria en términos de acción, es algo forzada y carece de la sutileza que podría haber elevado la película. Hay momentos que se sienten apurados, con diálogos poco inspirados y un ritmo general que, en ocasiones, se siente irregular. La película parece querer abarcar demasiado, intentando mezclar elementos de thriller político con escenas de acción desenfrenada, sin lograr una síntesis convincente.

A pesar de sus fallos, "Venganza: Conexión Estambul" cumple su cometido como una película de acción entretenida. La presencia de Liam Neeson y la atmósfera exótica de Estambul ofrecen un atractivo suficiente para mantener la atención del espectador. No es una obra maestra, ni mucho menos, pero ofrece un buen rato en el cine, especialmente para aquellos que disfrutan del género. Es una película funcional, pero carente de la originalidad que podría haberla convertido en algo realmente memorable.

Nota: 6/10