“Venganza” es una película que, en principio, promete ser otra de las entregas del subgénero “thriller de hombre duro” al que Liam Neeson se ha dedicado con notable éxito. Sin embargo, el metraje de Michael Winterbottom, aunque funcional y con algunos momentos visualmente interesantes, se queda corto de la profundidad y complejidad que podríamos esperar. La premisa, la desesperada búsqueda de un padre por la secuestro de su hija, es un cliché, pero la película intenta darle un giro que, al final, no consigue consolidarse plenamente.
La dirección de Winterbottom se caracteriza por su estilo documental, con una estética que recuerda a los documentales de crimen. Esta decisión, aunque efectiva para crear una atmósfera de crudeza y realismo, a veces se siente artificial y distrae de la tensión dramática que se busca construir. Se ve que hay una preocupación por mostrar la brutalidad de la situación, pero esto a veces se traduce en un ritmo irregular y en escenas demasiado prolongadas que, en lugar de generar suspense, pueden resultar tediosas. La película no se atreve a ser completamente implacable, lo que, en cierto modo, resta fuerza al conflicto central. Se echa en falta la ambición de explorar las consecuencias emocionales de la secuestradora sobre el padre y la hija, aunque se intuye que la trama principal se centra más en la acción.
Liam Neeson, como siempre, ofrece una actuación sólida y convincente. Su Bryan es un hombre marcado por el pasado, un ex-agente encubierto que ha intentado dejar atrás sus habilidades violentas. Pero el trauma de la secuestro de su hija lo obliga a recurrir a sus viejos métodos. Aunque el personaje es un cliché del "hombre duro" que se redime, Neeson le da una humanidad y vulnerabilidad que le hacen creíble. La interpretación está bien calibrada, pero no llega a destacar particularmente. El conflicto interno de Bryan, su lucha entre la necesidad de proteger a su hija y el temor a volver a caer en los márgenes de la ley, es palpable, pero no se explora lo suficiente.
El guion, por su parte, es el punto débil de la película. Aunque la trama es entretenida y presenta algunos giros inesperados, la construcción es sencilla y carente de originalidad. Los diálogos son funcionales, pero poco memorables. La resolución del conflicto es predecible y, en general, la película se siente como una fórmula probada, un ejercicio estilístico más que una historia con un mensaje profundo. Hay algunos momentos de tensión, especialmente durante las persecuciones, pero el guion no lograba generar un verdadero sentido de peligro. El desarrollo de los personajes secundarios es limitado, y los motivos de los secuestradores, aunque se intentan explicar, no resultan particularmente convincentes.
A pesar de sus defectos, “Venganza” es una película entretenida para pasar el rato, especialmente para los fans de Liam Neeson. Sin embargo, no se atreve a superar las convenciones del género y, en última instancia, no deja una impresión duradera. Es un thriller de acción correcto, pero sin alma.
Nota: 6/10