Verano en Louisiana (1991)

“Verano en Louisiana” (French language title: *L'Été en Louisiane*) no es una película que te dejará con la mente llena de ideas grandilocuentes, pero sí te sumerge de una forma reconfortante y nostálgica en la atmósfera de la pequeña Louisiana de 1957. La película, dirigida con delicadeza por director francés Céline Sciamma, no se centra en drama explosivo o giros argumentales espectaculares. Su fuerza reside en la sutileza, en la observación cuidadosa de las relaciones humanas, y en una banda sonora que evoca la melancolía y el calor de un verano que parece detenido en el tiempo. La película se siente como una fotografía en movimiento, un retrato visual de la adolescencia, el amor no correspondido y la complejidad de las hermanas.

La dirección de Sciamma es precisa y contemplativa. Evita los clichés del melodrama adolescente, centrándose en las pequeñas miradas, los silencios, los gestos sutiles que revelan la tensión latente entre Danielle (Maud Wargnier) y Maureen (Haley Lu Richardson). La ambientación es, sin duda, uno de los mayores atractivos de la película. La Louisiana rural se presenta como un paisaje de tonos cálidos, con campos dorados, plantaciones de algodón y una vegetación exuberante. La fotografía es exquisita, capturando la luz del sol y la sombra con una maestría que contribuye a crear un ambiente de ensueño. El trabajo de los diseñadores de producción y el vestuario son impecables, reflejando fielmente la vida de la época y el entorno social de la comunidad.

Las actuaciones son soberanas. Maud Wargnier, como Danielle, transmite con una gran sensibilidad la frustración y la inseguridad de una joven que busca el amor pero también la aprobación de su hermana. Haley Lu Richardson, por su parte, ofrece una interpretación brillante como Maureen, una chica con una vitalidad y una independencia que contrastan con la melancolía de Danielle. La dinámica entre ambas hermanas es el corazón de la película. No se trata de una rivalidad agresiva, sino de una lucha silenciosa y profundamente arraigada, una competencia por la atención de un joven que, paradójicamente, ambos quieren. El personaje de Court (Timothée Chalamet), aunque relativamente discreto en la trama, posee un encanto natural y una vulnerabilidad que lo convierten en un foco de deseo para ambas hermanas. Su presencia no es el motor de la historia, sino un catalizador que intensifica las emociones subyacentes.

Si bien la película es visualmente deslumbrante y las actuaciones son destacadas, el guion podría haberse beneficiado de un mayor desarrollo de la trama secundaria. Los habitantes de la comunidad rural, con sus historias y costumbres, se presentan de forma esquemática, y su relación con las hermanas no se explora en profundidad. Sin embargo, esta concisión también puede interpretarse como una estrategia deliberada para mantener el enfoque en el vínculo central entre Danielle y Maureen. La película no busca explicar o justificar las acciones de los personajes, sino más bien presentarles como reflejos de las complejidades de la vida y las emociones humanas. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que invita al espectador a reflexionar sobre el significado del amor, la familia y la pérdida.

Nota: 7.5/10