V/H/S/2 (2013)

“V/H/S/2” no es una película que te entretiene; es una experiencia visceral, perturbadora y, en última instancia, sorprendentemente efectiva. La secuela de la controvertida “V/H/S” (2012) no intenta replicar el éxito inicial de lo que fue un fenómeno de internet, sino que opta por una estrategia de terror más enfocada, claustrofóbica y, honestamente, mucho más inquietante. Este no es el terror juguetón y accesible del primer filme; aquí se trata de un horror que se instala en la mente del espectador, utilizando la VHS como catalizador para la pesadilla.

La dirección de Adam B. Stein logra mantener un ritmo frenético, alternando escenas de investigación con fragmentos de las cintas VHS, cada una más perturbadora que la anterior. La película se centra en el interior de una casa en construcción, lo que inmediatamente establece un ambiente de desasosiego, de espacios sin terminar y de presencias invisibles. El uso de la cámara en primera persona, particularmente en algunas de las cintas, ofrece una inmersión total y una sensación de impotencia asfixiante. Es una elección formal que funciona enormemente, intensificando la sensación de peligro inminente.

Las actuaciones son sólidas, aunque, en su mayoría, se limitan a transmitir la desesperación y el miedo de los investigadores. Leighton Meester y Joe Lo Truglio, como los detectives Morgan Scott y Andy Matthews, respectivamente, ofrecen interpretaciones convincentes, mostrando la evolución de su incredulidad y, eventualmente, su terror. Sin embargo, el verdadero mérito reside en los extraños personajes que surgen de las cintas VHS – entidades sobrenaturales, manifestaciones grotescas y vívidas pesadillas que, a través de su material audiovisual, logran comunicar horrores que van más allá de la simple descripción.

El guion, bajo la autoría de Chad Hayes y Scott Mantler, se aleja de la estructura lineal que podría haber simplificado la trama. En cambio, construye una narrativa fragmentada, una especie de puzzle que se ensambla progresivamente a medida que el espectador se sumerge en las cintas VHS. Aunque algunos de los elementos sobrenaturales carecen de una justificación lógica profunda, la fuerza reside en la atmósfera opresiva y en las imágenes impactantes que se presentan. La película evita caer en clichés y se atreve a explorar territorios perturbadores, aunque no siempre con éxito absoluto. El uso de la VHS como portador de pesadillas, de rituales oscuros y de secretos ancestrales es, en última instancia, la clave de su distintivo horror.

“V/H/S/2” no es una película para todos los públicos. Su contenido es explícito, visceral y, en ocasiones, extremadamente perturbador. Pero para aquellos que aprecien el terror inteligente, atmosférico y que se atreva a desafiar los límites del género, esta secuela es una experiencia inolvidable, un recordatorio inquietante de que las pesadillas pueden grabar un dolorante huella en nuestro subconsciente.

Nota: 7.5/10