Viaje al centro de la Tierra 2: La isla misteriosa (2012)

“Viaje al Centro de la Tierra 2: La Isla Misteriosa” es una apuesta por el familiar y el entretenido, que si bien no alcanza la magia de su predecesora, logra mantener la atención del espectador gracias a un ritmo dinámico y un componente de misterio que, aunque predecible, resulta funcional. La película se centra en Sean (Tom Hollander Jr.), quien, después de los eventos del último “Viaje al Centro de la Tierra”, ahora tiene que enfrentarse a una nueva y peligrosa expedición, esta vez a una isla desconocida y con propiedades extrañas. Su padrastro, la excéntrica Dra. Monroe (Brendan Gleeson), y un equipo de personajes peculiares - incluyendo una joven piloto de helicóptero y su hija, de espíritu libre – se embarcan en un viaje que los llevará a descubrir los secretos ocultos bajo la superficie terrestre.

La dirección de Rob Hardy se encarga de mantener el espectáculo visual, aprovechando al máximo los efectos especiales para crear escenarios subterráneos impresionantes y criaturas fantásticas que, aunque no son del todo originales, son visualmente satisfactorias. Sin embargo, la película se deja llevar por la superficialidad en la construcción de sus entornos. A pesar de la promesa de explorar paisajes alienígenas, la isla presenta una paleta de colores y un diseño que, en su mayoría, recaen en lo predecible. La película se enfoca más en la acción y el suspense en sí mismo que en la profundización en el mundo que está creando.

Las actuaciones son sólidas. Tom Hollander Jr. cumple con la responsabilidad de interpretar a un joven que, si bien hereda el espíritu aventurero de su padre, necesita desarrollar su propio carácter. Brendan Gleeson aporta la energía y el absurdo necesarios al personaje de Monroe, aunque a veces su excéntrica personalidad puede resultar un poco exagerada. Maika Monroe, como la hija del piloto, ofrece una presencia convincente y una cierta rebeldía juvenil que contribuye al dinamismo del grupo. No obstante, el guion, por desgracia, es su punto débil. Aunque la trama principal es atractiva, se siente derivada y carente de profundidad. Los personajes secundarios a menudo son unidimensionales y sus motivaciones, aunque presentadas, no están del todo bien desarrolladas. Se recurre a clichés de la ciencia ficción y a situaciones previsibles, limitando la capacidad de sorpresa y la conexión emocional con los protagonistas.

La película, en definitiva, es un entretenimiento ligero, apto para el público familiar que busca una aventura visualmente atractiva. No es una obra maestra, ni pretender serlo, pero su ritmo rápido y la presencia de un misterio central mantienen el interés durante su duración. Aunque el guion podría haber sido más ambicioso y los personajes más complejos, la película logra ofrecer una experiencia cinematográfica sólida y sin sobresaltos, ideal para una noche de cine con niños o para aquellos que disfrutan de las historias de aventuras de ciencia ficción con un toque de humor.

Nota: 6/10