Viaje al Oeste: La conquista de los Demonios (2013)

“Viaje al Oeste: La conquista de los Demonios” se presenta como una audaz reinterpretación del clásico de la literatura china, y para sorpresa de muchos (incluyéndome), no se queda corta. El director, Wong Yuk-hei, se atreve a abrazar el tono de aventura pulp, condimentado con un humor absurdo y salpicado de elementos sorprendentes que desafían las convenciones del género. Lejos de una adaptación literal, el filme se posiciona como una parodia inteligente, una celebración del espíritu aventurero y un tributo a la originalidad de la historia.

La película reside, en gran medida, en la construcción de sus personajes, y aquí es donde su apuesta por el humor se vuelve crucial. Xuan Zang, interpretado con una mezcla de fervor religioso y exasperación por parte de Louis Fan, es un protagonista profundamente humano, un hombre con sus propias dudas y frustraciones, lo cual lo hace terriblemente simpático. Sus discípulos, el demonio-pez de Tony Leung, el demonio-cerdo de Simon Yam y, especialmente, Sun Wukong (interpretado por el desenguano Adam Cheng), son auténticas joyas de la comedia. Cada uno de ellos aporta una dinámica particular al grupo, generando situaciones hilarantes y momentos de genuino encanto. La química entre los actores es notable, y sus interpretaciones son entregadas con una naturalidad que eleva el nivel de la película.

El guion, escrito por el mismo director y otros colaboradores, se beneficia de un ritmo ágil y constante, que mantiene la atención del espectador desde el inicio hasta el final. La dirección de fotografía, cálida y vibrante, contribuye a la atmósfera de aventura y fantasmagoria que impregna la película. Se presta atención al detalle en la confección de los escenarios y el vestuario, que evocan con fidelidad el mundo de la leyenda, pero sin caer en la recreación excesivamente realista. Los efectos especiales, en su mayoría prácticos, se integran con éxito en la narrativa y no restan valor a la experiencia visual. Sin embargo, a veces se apoya demasiado en el humor exagerado, lo cual puede resultar agotador para algunos espectadores, y en algunos momentos la trama se vuelve un poco confusa.

A pesar de estas pequeñas inconsistencias, "Viaje al Oeste: La conquista de los Demonios" es una película divertida, refrescante y sorprendentemente efectiva. La película no pretende ser una epopeya trascendental, sino un homenaje lúdico a un clásico de la literatura, y en ese cometido, cumple con creces. Es un espectáculo visualmente atractivo y un tratamiento original del mito, que no solo es apto para los fans de la obra original, sino para cualquier persona que busque una escapada cinematográfica llena de risas y aventuras. La capacidad del director para reinventar un cuento conocido con una perspectiva fresca y original es encomiable, y refleja un talento para la narración y el humor que debe ser reconocido.

Nota: 7.5/10