Vida salvaje (2022)

“Vida salvaje” no es simplemente una película de supervivencia; es una meditación profunda sobre la familia, la herencia y la necesidad inherente del ser humano de conectarse con sus raíces. Daniel Olsen, director y guionista, logra construir una experiencia cinematográfica visceral y sorprendentemente conmovedora, alejándose de los clichés del género y profundizando en la psicología de sus personajes. La premisa, la decisión de una familia de vivir en la remota naturaleza de Noruega para reencontrarse con los rituales de caza de sus antepasados, inicialmente parece un punto de partida sencillo, pero Olsen la convierte en un viaje de autodescubrimiento complejo y lleno de matices.

La dirección de Olsen es magistral. Utiliza la inmensidad del paisaje noruego no solo como escenario, sino como un personaje más, un testigo silencioso de la evolución emocional de la familia Reddington. La cinematografía, con sus planos largos y la banda sonora minimalista pero efectiva, crea una atmósfera de aislamiento y belleza inquietante. La película se sumerge en la luz cambiante del día, en el frío mordiente de la nieve y en el rugido del viento, elementos que no solo contribuyen a la sensación de vulnerabilidad, sino que también reflejan el estado interno de los personajes. Olsen evita el melodrama fácil, permitiendo que las emociones surjan de la interacción entre los personajes y de la dureza de la vida en la naturaleza. Observar cómo la rutina, el trabajo y las tensiones de la vida moderna se desvanecen bajo la implacable realidad de la supervivencia es un proceso visualmente impactante.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los mayores logros de la película. Nicholas Hoult y Holliday Grainger interpretan a Martin y Nora Reddington con una sutileza y una autenticidad que es palpable. Hoult, en particular, ofrece una interpretación excepcionalmente sutil, transmitiendo la frustración, la vulnerabilidad y la búsqueda de propósito del personaje. El juego de miradas, los gestos y las expresiones faciales con Grainger, que interpreta a su hija Scout, son particularmente convincentes. La interpretación de Sosie Bacon, como Sam, la hija adolescente, es también destacable, mostrando un creciente desapego y una lucha interna entre el deseo de pertenecer y la necesidad de afirmar su propia identidad. La química entre el elenco es fundamental para el éxito de la película, ya que son estos pequeños detalles lo que hace que sus interacciones sean creíbles y conmovedoras.

El guion, a pesar de su aparente sencillez, se basa en la profundidad de sus temas. No se trata solo de la supervivencia física, sino de la búsqueda de un sentido, de la relación entre padres e hijos, y de la aceptación de uno mismo. La película plantea preguntas sobre el legado familiar, la autenticidad y la importancia de las tradiciones. La ausencia de explicaciones simplistas y la ambigüedad moral son deliberadas, lo que obliga al espectador a reflexionar sobre los valores y las motivaciones de los personajes. No busca ofrecer soluciones fáciles, sino más bien explorar la complejidad de la experiencia humana. La película sugiere que el verdadero desafío no está en dominar la naturaleza, sino en comprenderse a uno mismo.

Nota: 8.5/10