Vida y amores de una diablesa (1989)

“Vida y amores de una diablesa” es un thriller psicológico con toques de melodrama gótico que, aunque no logra alcanzar la brillantez de algunos de sus predecesores, ofrece una experiencia cinematográfica inquietante y, en ocasiones, perturbadora. La película, dirigida por Mark S. Walden, se centra en el descenso de Ruth Patchett, interpretada magistralmente por la actriz Sienna Miller, en un turbio proceso de transformación personal tras el abandono de su marido, Bob (Michael Fassbender). Miller ofrece una interpretación particularmente convincente, logrando transmitir la frustración, el dolor y la creciente furia de su personaje con una sutileza y profundidad que son, sin duda, el corazón de la película.

La película se construye lentamente, otorgando espacio a la exploración del personaje principal y a la atmósfera opresiva que la rodea. Walden evita caer en clichés de suspense, optando por un ritmo pausado que se beneficia de la fotografía de Bradford Young, con sus tonos grises y oscuros que reflejan el estado emocional de Ruth. La película juega con la ambigüedad moral, cuestionando si la “diablesa” que emerge es una víctima de las circunstancias o la responsable de su propia autodestrucción. Fassbender, por su parte, interpreta a Bob como un hombre atormentado por la inseguridad y la envidia, un personaje lastrado por sus propios demonios. Su interpretación, aunque no particularmente compleja, cumple su función de catalizador para la transformación de Ruth.

El guion, escrito por Mike Herron, presenta algunas lagunas que, a pesar de la excelente dirección y las actuaciones, diluyen un poco el impacto emocional. La trama, en su base, es bastante sencilla y se centra casi exclusivamente en la rivalidad sexual entre Ruth y Mary Fisher (Charlotte Gainsbourg), una escritora de novelas románticas que se presenta como un mero peón en el juego de poder entre los dos matrimonios. Sin embargo, la película explora temas complejos como la infidelidad, la venganza, la identidad y el papel de la mujer en la sociedad, ofreciendo un reflejo, aunque a veces superficial, de las presiones sociales que enfrentan las mujeres en un matrimonio. La incorporación de elementos de la mitología del diablo, aunque bien ejecutada visualmente, a veces parece forzada y podría haber sido más integrada en la narrativa.

A pesar de sus fallas, “Vida y amores de una diablesa” es una película que merece la pena ver. La atmósfera sombría, la actuación de Sienna Miller y la exploración de la compleja relación entre Ruth y Mary Fisher son elementos que la hacen memorable. La película nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la venganza y sobre la dificultad de mantener la integridad en un mundo donde las expectativas sociales y las pasiones pueden llevarnos por caminos oscuros. Es una obra que, si bien no es perfecta, deja una huella y suscita una serie de preguntas sobre la dualidad humana.

Nota: 7/10