“Viejos amigos” no es una película que se deja escapar fácilmente. Ricardo Blume, el director, nos ofrece un entretenimiento de alta calidad, una comedia que te atrapa desde la primera escena, aunque la premisa, un robo de un féretro, parezca absurda al principio. La película se nutre de esa confrontación entre lo banal y lo extraordinario, un territorio que Blume explora con maestría, y lo hace con un tono refrescante, evitando la parodia gratuita y apostando por un humor más inteligente y a menudo, agridulce. La película no se dedica únicamente a la risa; la amistad verdadera, con sus complejidades, rencancias y el peso del tiempo, se palpa en cada diálogo, en cada mirada compartida entre los cuatro protagonistas. La película abraza la nostalgia, no de forma sentimentalista y excesiva, sino a través de momentos que evoca la familiaridad de una época pasada, la pérdida de la juventud y la aceptación de las arrugas del alma.
El núcleo de la película reside en el grupo de amigos, y es ahí donde la película brilla con mayor intensidad. Enrique Victoria, como Balo, entrega una actuación magistral. Su personaje, con su amargura y su sarcasmo, es el corazón de la trama, el catalizador de las acciones que desencadenan la aventura. La química entre los actores es palpable, una prueba de su larga trayectoria profesional. La interpretación de Carlos Gassols como el veterano Ricardo Blume es, en cierto modo, la que más me sorprendió. Gassols logra un equilibrio perfecto entre la exasperación del policía y la resignación ante las locuras que presencian. Teddy Guzmán, con su característico excentricismo, aporta una dosis extra de humor y un aire de rebeldía que complementa a la perfección el resto del grupo. No obstante, creo que la dirección de fotografía, con su uso de colores cálidos y una iluminación que enfatiza las emociones de los personajes, contribuye significativamente a la atmósfera particular de la película.
El guion, escrito por Ricardo Blume y David Martín de la Rosa, es la pieza central de esta comedia dramática. No se limita a la trama del robo, sino que profundiza en las relaciones interpersonales de los personajes, explorando sus secretos, sus miedos y sus frustraciones. Hay momentos de genuina reflexión sobre la amistad, el luto y la percepción del tiempo. La película equilibra magistralmente la comedia y el drama, creando un ritmo dinámico que mantiene al espectador enganchado. Aunque la premisa pueda resultar inicialmente descabellada, la película se construye sobre una base sólida de personajes creíbles y situaciones sorprendentes. Es un cine que te invita a la reflexión y te permite disfrutar de momentos de puro entretenimiento.
En definitiva, “Viejos amigos” es una película recomendable para aquellos que buscan una comedia con sustancia, un entretenimiento inteligente y una visión optimista de la amistad. Es un homenaje al cine clásico, a la amistad, y a la capacidad humana para encontrar la alegría incluso en los momentos más difíciles. No es perfecta, tiene algunos momentos un poco exagerados, pero la experiencia global es muy positiva.
Nota: 8/10