Viernes 13. Parte V: Un nuevo comienzo (1985)

“Viernes 13. Parte V: Un nuevo comienzo” no es solo otra entrega de la franquicia, sino una reafirmación de su capacidad de desafiar las expectativas y, a veces, de ridiculizarlas. La película, dirigida por Patrick Fischler, se distancia considerablemente del tono sangriento y directo de sus predecesoras, optando por un thriller psicológico inquietante y, para ser honesto, un tanto decepcionante para aquellos que esperan la repetición de la fórmula clásica. Fischler toma un riesgo calculado, y aunque el resultado no es perfecto, definitivamente marca un cambio de dirección que merece la pena analizar.

El núcleo de la película reside en la mansión de una familia adinerada, convertida en una residencia de ancianos. La presencia de Jason, en su omnipresente máscara, se siente más como una maldición que como una amenaza inmediata. Su regreso no es un ataque brutal y directo, sino una lenta erosión de la cordura y la seguridad. Esto se debe en gran medida al guion, que se enfoca más en la atmósfera y la paranoia que en los clichés de la persecución. Hay momentos genuinamente tensos, donde el silencio, la música y la iluminación trabajan en conjunto para crear una sensación de incomodidad constante. Sin embargo, la narrativa a veces se vuelve confusa y se pierde en detalles innecesarios, diluyendo el impacto emocional.

Las actuaciones son un punto fuerte, especialmente la de Chris Alano como Sarah, la joven que se niega a abandonar la residencia a pesar de las advertencias. Su personaje ofrece una resistencia valiente y se convierte en la brújula emocional de la película. Robert Euler, como el anciano Thomas, aporta una profundidad inesperada a la historia, explorando el legado de terror que pesa sobre la familia y el impacto de la violencia pasada. Sin embargo, la caracterización de los otros residentes es, en general, superficial y carente de profundidad. Jason, interpretado por Ryder Cooley, no es el asesino despiadado que muchos esperan. Su presencia es más bien sutil, casi fantasmagórica, lo que resta fuerza a su amenaza.

La dirección de Fischler es cautivadora, utilizando recursos visuales para generar una sensación de claustrofobia y desesperación. Las tomas largas, los primeros planos y la paleta de colores apagados contribuyen a la atmósfera opresiva. No obstante, la banda sonora, aunque efectiva en algunos momentos, se vuelve repetitiva y predecible. El diseño de producción es impecable, sumergiendo al espectador en la decadencia y el aislamiento de la mansión. La película, en última instancia, se beneficia de una estética cuidada, aunque el guion se tambalea ocasionalmente.

“Viernes 13. Parte V: Un nuevo comienzo” es una película que intenta reinventar una franquicia legendaria, y si bien no logra pulir a la perfección todos sus elementos, ofrece una experiencia singular y perturbadora para aquellos dispuestos a abrazar su ambición. No es una joya, pero sí es una adición interesante y, a su manera, provocadora al canon de la saga.

Nota: 6/10