Viernes 13. Último capítulo (1984)

“Viernes 13. Último capítulo” no es una reinvención del género, ni siquiera una mejora sustancial. Es una película que, en lugar de romper con la tradición, se entrega a una nostalgia confortable y, francamente, a una excesiva dependencia de la fórmula que ha caracterizado la saga desde sus inicios. Lo que sí consigue, aunque con escasos recursos, es ofrecer un espectáculo gore ocasional y una atmósfera de inquietud que, en ocasiones, logra evocar, pero no logra construir un terror psicológico consistente.

La dirección de Michael Sarnoski se limita a ejecutar la narrativa de forma funcional, priorizando los efectos especiales y las escenas de acción sobre la construcción de personajes o la profundidad emocional. La fotografía, aunque decente, no aporta nada particularmente memorable. Sarnoski parece estar más preocupado por mantener el ritmo frenético de la acción que por explorar las motivaciones de los personajes o las consecuencias de sus actos. La película se siente, en gran medida, como un catálogo de momentos “gore”, sin que estos contribuyan significativamente a la experiencia general. La utilización del color negro y los tonos contrastantes no termina de acertar y, en algunos momentos, resulta redundante.

Las actuaciones son, en su mayoría, sólidas, aunque el núcleo de la historia, la familia Jarvis, carece de un impacto emocional real. Liam Stewart como Tommy Jarvis, el joven obsesionado con el terror, es el punto fuerte del elenco. Su personaje, dotado de un sutil toque de melancolía y un evidente deseo de comprender el horror que lo rodea, aporta cierta credibilidad a la trama y ofrece momentos de genuina tensión. El resto del reparto, aunque competente, se ve eclipsado por la presencia de Stewart. El veterano Kevin Bacon, interpretando a un Jasper en su última venganza, ofrece una actuación convincente en cuanto a su mirada de odio implacable, pero su personaje, como el resto, se siente poco desarrollado.

El guion es donde la película sufre mayormente. El ritmo es torpe, con un desarrollo lento en algunos momentos y un apresurado ritmo en otros. La trama, aunque presente, se ve enredada en sub-tramas que no se exploran del todo y que parecen innecesarias. El giro argumental final, aunque pretende sorprender, se siente forzado y poco creíble. El intento de explorar el trauma de la familia Jarvis, a través del personaje de Tommy, resulta superficial y carente de profundidad. La película intenta justificar el regreso de Jasper a través de un pasado traumático, pero la explicación resulta endeble y no justifica el deseo de venganza del personaje.

En definitiva, “Viernes 13. Último capítulo” es una película que cumple su cometido principal, que es proporcionar una dosis de terror superficial y acción visual. No obstante, carece de la originalidad, la profundidad y la capacidad de asustar realmente que se espera de una entrega de esta saga. Es un entretenimiento ocasional, pero nada más.

Nota: 6/10