Viernes Infernal (2002)

“Viernes Infernal: Navidad Sangrienta” no llega a la categoría de joya cinematográfica, ni siquiera a la de entretenimiento ligero y sofisticado. Es, simplemente, una secuela que se aferra a la fórmula que consagró a la saga original, intentando, con poco éxito, modernizarla y sorprender al espectador. La película, la tercera entrega de la saga "Friday", regresa a los primos Craig (Method Man) y Day-Day (Method Man) en un apartamento compartido, un escenario que, aunque familiar, resulta más claustrofóbico que divertido. La premisa, un ladrón disfrazado de Santa Claus que roba los regalos y el dinero, es sorprendentemente simple y, en retrospectiva, un poco patética. Sin embargo, el guion, escrita principalmente por el propio Peter Cramer, carece de la chispa improvisada y el ingenio rápido que caracterizaron las entregas anteriores.

La dirección de Mark Carter es funcional, pero no aporta nada visualmente impactante. La película se mueve a un ritmo predecible, con diálogos que suenan más forzados que espontáneos. El humor, el pilar fundamental de la saga, se encuentra a menudo en un plano inferior, reduciéndose a bromas fáciles y referencias a la cultura popular que, aunque conocidas por el público más joven, pueden resultar descontextualizadas para el resto. Se intenta crear tensión, pero las situaciones se desarrollan de una manera tan artificiosa que la suspensión de la incredulidad se rompe con facilidad. La persecución, especialmente, carece de dinamismo y se siente prefabricada, como si se hubiera sacado de un libro de instrucciones.

Afortunadamente, las actuaciones de Method Man y, en menor medida, de Cedric the Entertainer, ofrecen destellos de calidad. Method Man mantiene su estilo, aportando su habitual cinismo y sarcasmo, aunque a veces la interpretación resulta un poco caricaturesca. Cedric the Entertainer, interpretando a un detective al que le encantan los regalos, aporta una dosis de humor inteligente y un toque de humanidad que, en el contexto general de la película, se agradece. Sin embargo, la escasa profundidad de los personajes dificulta la conexión emocional con ellos. Los secundarios, en su mayoría, son poco más que caricaturas unidimensionales.

En definitiva, “Viernes Infernal: Navidad Sangrienta” es una película olvidable, un ejercicio de reciclaje que no añade nada nuevo a la saga. Si bien no es un fracaso absoluto, carece de la calidad narrativa y la originalidad que hicieron de las primeras entregas un clásico de culto. Para los fans de la saga, puede resultar nostálgica, pero para el público general, probablemente sea una experiencia decepcionante. No es mala para pasar el rato, pero no esperes sorpresas o momentos memorables.

Nota: 5/10