Viernes loco (1976)

“Ponte en mi lugar” o “Freaky Friday” (originalmente) siempre ha sido una premisa tremendamente atractiva: la posibilidad de experimentar la vida desde la perspectiva del otro. Y la película española “Viernes Loco” (2023), un remake del clásico de Disney, acierta en este punto, ofreciendo una divertida y, sorprendentemente, también conmovedora vuelta de tuerca a la historia original. La película se centra en Annabel, una joven diseñadora de moda con la vida bajo control, y su madre, Ellen, una viuda que intenta mantener la normalidad tras la muerte de su esposo. Al inicio de una tensa cena, ambos son transformados en el cuerpo del otro, desencadenando una serie de situaciones cómicas y, a la vez, reveladoras.

La dirección de David Montoya es fluida y logra mantener un ritmo ágil que favorece el humor sin sacrificar el desarrollo de las emociones. No se trata de una comedia slapstick pura y dura, sino que apuesta por el humor situacional y el diálogo inteligente. Hay momentos en los que la película se toma su tiempo para construir la tensión, mostrando el impacto psicológico de la situación en ambas protagonistas. En este sentido, el director sabe equilibrar las escenas más absurdas con las que nos invitan a empatizar con los personajes, comprendiendo sus frustraciones y miedos. Particularmente, me pareció que la película logra mantener un tono fresco y actual, evitando los clichés más habituales de este tipo de comedias.

Las actuaciones son, en general, sobresalientes. Marta Sánchez, en el papel de Annabel, consigue transmitir la complejidad de una joven que, a pesar de su éxito profesional, lucha con la presión y las expectativas familiares. Su interpretación es natural y cercana, permitiéndonos conectar con su personaje de manera genuina. Sin embargo, la verdadera joya de la película es Paula Prendes como Ellen. Prendes aporta una vulnerabilidad y una fuerza emocional que le dan un peso enorme al personaje. Su interpretación no se limita a reírse de la situación, sino que explora la angustia de sentirse repentinamente ajena a su propia vida, la pérdida de identidad y la dificultad de reconciliarse con su pasado. El contraste entre sus dos interpretaciones es lo que realmente da vida a la película.

El guion, adaptado de la original estadounidense, no rehuge la premisa central, pero sí añade matices interesantes. Se profundiza en la relación entre Annabel y su madre, mostrando las dinámicas familiares subyacentes que alimentan la tensión y los conflictos. La película también aborda temas como la imagen de la mujer en la sociedad, la importancia del apoyo familiar y el valor de la autoaceptación. Aunque algunas situaciones podrían haber sido más elaboradas, el guion mantiene un equilibrio entre el humor y la emoción, evitando caer en la banalidad. Además, la película explora la presión del mundo de la moda y la lucha de Annabel por encontrar su voz creativa.

En definitiva, "Viernes Loco" es una comedia familiar entretenida y refrescante, que no solo se beneficia de la premisa original, sino que la reinventa con sensibilidad y un toque de modernidad. Es una película que invita a la reflexión y al disfrute, y que demuestra que, a veces, la mejor manera de entender a los demás es ponerse en sus zapatos.

Nota: 7/10