Vigilante (1982)

“Vigilante” es un thriller neo-noir que, a pesar de no ofrecer una originalidad deslumbrante, logra cautivar por su atmósfera sombría y la complejidad moral que plantea a lo largo de sus casi dos horas de duración. La película se centra en Mark (Michael Peña), un ex-policía destrozado por la corrupción que ha experimentado dentro de la fuerza y, tras la trágica muerte de su mejor amigo y su familia, decide tomar la justicia por su mano, formando un grupo de vigilantes con la misión de limpiar las calles de su ciudad. Esta premisa, aunque ya no es novedosa, se ejecuta con una intensidad palpable, impulsada por la brutalidad de la venganza que Mark encarna.

La dirección de Ivan Aw es sólida, logrando crear una sensación constante de tensión y desasosiego. La fotografía de Peter Deming, con su paleta de colores apagados, dominada por el azul noche y el gris metálico, contribuye enormemente a esta atmósfera. Se utilizan los espacios urbanos, especialmente las callejones y los callejones sin salida, para reflejar el aislamiento y la desesperación de los personajes. Hay escenas particularmente impactantes, como la reconstrucción del ataque al hogar de Eddie, que no escatiman en violencia gráfica pero que se utilizan con un propósito narrativo, no por simple sensacionalismo. Aw demuestra un control preciso del ritmo, alternando momentos de acción frenética con pasajes más introspectivos que exploran la psicología de Mark, mostrando los tormentos que lo impulsan a seguir adelante en su misión vengativa.

El núcleo de la película reside en la interpretación de Michael Peña, que ofrece una actuación magistral. Peña logra transmitir la profunda frustración, el dolor y la rabia de Mark con una sutileza inquietante. No recurre a clichés de acción exagerados; en cambio, su actuación se centra en la expresión sutil de sus emociones, en la mirada perdida, en la tensión muscular. Las secundarias interpretaciones, aunque menos desarrolladas, también son correctas. Esther Davis como la esposa de Eddie, por ejemplo, transmite un dolor desgarrador. Sin embargo, la banda criminal, representada principalmente por el villano, se siente algo superficial, carente de profundidad y motivación.

El guion, coescrito por Aw, Justin Monahan y James Wang, presenta algunas fallas. Si bien la premisa y la resolución son efectivas, el desarrollo de algunos personajes secundarios y la justificación de las acciones de Mark podrían haber sido más elaboradas. Hay momentos que se sienten algo forzados y que sacrifican la coherencia narrativa en favor de la espectacularidad. A pesar de ello, la película aborda temas importantes como la corrupción policial, la justicia, la venganza y el poder destructivo del dolor. La película no ofrece respuestas fáciles, dejando al espectador reflexionando sobre la naturaleza de la moralidad y la línea que separa la justicia de la violencia. Es una reflexión sobre el precio que pagamos por la impunidad y la búsqueda de la verdad.

Nota: 7/10