Vikingos (2016)

“Vikingos” (Vikings), la serie de History Channel que se estrenó en 2016, es un espectáculo televisivo ambicioso que se atreve a sumergirse en el complejo período histórico de la Rus de Kiev a finales del siglo X. La producción, basada en el personaje de Ragnar Lothbrok, interpretado por Travis Fimmel, se presenta como una saga familiar con elementos de drama, aventura y, por supuesto, mucha acción. Si bien la serie no es perfecta, es un ejercicio interesante de narrativa histórica, especialmente considerando la relativa escasez de material documentario sobre este periodo.

La serie se centra en las hazañas de Ragnar Lothbrok, un guerrero nórdico legendario que busca construir su propio reino más allá de los límites de su tierra natal. Su ambición lo lleva a enfrentarse a la autoridad de su jarl, Bjorn Ironside, y a provocar la ira de la Iglesia. La narrativa, por lo general, se mantiene estable y bien estructurada, presentando un ritmo razonable y evitando la complejidad excesiva. Sin embargo, la historia de Vladimir, el hijo de Ragnar, y su exilio en el Mar Negro es donde la serie realmente destaca. La trama se desarrolla con mayor profundidad y sensibilidad, explorando el impacto del poder, la traición y el deber familiar. El guion, en general, mantiene un equilibrio entre la espectacularidad de las batallas vikingas y las reflexiones sobre la política y la moralidad de la época. No obstante, recurre a algunos clichés y simplificaciones que ocasionalmente restan credibilidad.

Las actuaciones son, en su mayoría, sólidas. Travis Fimmel, con su habitual carisma, ofrece una interpretación convincente de Ragnar, transmitiendo su ambición, su lealtad y su vulnerabilidad. Katheryn Winnick como Lagertha, la esposa de Ragnar, es quizás la actuación más destacada, aportando una fuerza y una determinación inigualables al personaje. El reparto secundario también es competente, especialmente Jes MacNamee como Thord, el hijo de Lagertha, cuya evolución a lo largo de la serie es notable. El director de fotografía, con una paleta de colores que oscila entre el gris del invierno y el rojo de las hogueras, consigue crear una atmósfera visualmente evocadora que transporta al espectador a la época vikinga.

Es importante destacar que “Vikingos” no pretende ser una recreación histórica precisa. La serie toma libertades con la realidad y manipula ciertos elementos para fines dramáticos. La representación de la Iglesia, por ejemplo, a menudo es caricaturesca, y las motivaciones de algunos personajes son simplificadas. Sin embargo, este no es un defecto intrínseco, sino un recurso narrativo para mantener el interés del espectador. El gran atractivo de la serie reside en su capacidad para presentar una época fascinante y compleja de una manera accesible y entretenida. Aunque la historia de Vladimir, aunque interesante, se desarrolla con un ritmo algo lento en los primeros episodios, la serie logra mantener el interés al explorar sus conflictos internos y su ambición de reconquistar Nóvgorod.

Nota: 7/10