Visiones de un asesinato (2011)

“Visiones de un asesinato” es una película que te atrapa desde el primer momento, no tanto por su espectacularidad visual, sino por su inquietante atmósfera y la peculiar premisa que plantea: una enfermera experimenta la mente de la víctima de un crimen, desatando una cadena de recuerdos fragmentados y la necesidad imperiosa de buscar la verdad. La dirección de Denis Villeneuve, conocido por su meticulosidad y capacidad para crear espacios opresivos y llenos de suspense, se refleja en cada fotograma. Se centra en la acumulación de la tensión, en la sensación palpable de que algo terrible ha sucedido y en la duda constante que rodea a Kaitlyn (Charlize Theron), la protagonista. Villeneuve no recorta nada, permitiendo que la historia se desarrolle con lentitud, construyendo la sensación de incomodidad y paranoia de manera efectiva. Se notan las influencias de películas como “Memento” o “Shutter Island”, pero con una sensibilidad particular que la distingue.

Charlize Theron ofrece una actuación magistral. Su interpretación de Kaitlyn es compleja y multifacética. Inicialmente, vemos a una mujer atormentada, exhausta y desesperada, que lucha por comprender su nueva situación y por encontrar una explicación lógica a lo que está sucediendo. A medida que la película avanza, la vemos transformarse en una detective implacable, obsesionada con la verdad, incluso si ésta resulta ser dolorosa. La sutileza con la que Theron transmite la angustia, el miedo y la determinación de Kaitlyn es fundamental para el éxito emocional de la película. La relación que se establece entre ella y los personajes que aparecen en sus visiones es particularmente convincente, con momentos de calidez y otros de profunda tristeza.

El guion, escrito por Eric Heisserer, es el elemento más discutible de la película. Si bien la idea central es original y prometedora, la ejecución, a veces, se siente un poco forzada. Las visiones, aunque visualmente atractivas y a menudo impactantes, pueden llegar a sentirse repetitivas y, en ocasiones, confusas. La trama, aunque intrincada, puede resultar un poco lenta y, en algunos puntos, carente de la densidad que se esperaría de una investigación criminal. Sin embargo, la película compensa estas deficiencias con un ritmo meticuloso, una construcción del suspense muy bien lograda y un enfoque en el personaje principal que mantiene al espectador enganchado. La banda sonora de Emilie de Souza, minimalista pero evocadora, contribuye enormemente a la atmósfera de inquietud y misterio.

“Visiones de un asesinato” es una película que se queda en la mente mucho tiempo después de que termina. Es una historia de misterio, trauma y la búsqueda de la verdad, pero también es una reflexión sobre la memoria, la identidad y el impacto del pasado en el presente. No es una película fácil de ver, pero sí es una película gratificante para aquellos que aprecien la cinematografía inteligente, las actuaciones convincentes y el desarrollo lento y deliberado de la trama. No es una obra maestra, pero sin duda, es una película que merece ser vista y debatida. Se suma a un género con potencial pero a menudo explotado.

Nota: 7/10