Viudas (2018)

“Viudas” no es simplemente otra adaptación de un material previo; es una declaración audaz sobre el poder femenino, la venganza y las consecuencias de romper las normas establecidas. La película, ambientada en el vibrante y decadente Chicago actual, se atreve a tomar la historia de la miniserie británica de 1983 y la reimagina con una frescura y un enfoque que, aunque no exento de algunos tropiezos, resulta notablemente atractiva. La película, en su apuesta por el drama y la tensión, logra crear una atmósfera densa y claustrofóbica que envuelve al espectador desde el primer momento.

La dirección de Ben Taylor se distingue por su capacidad para construir imágenes poderosas. La fotografía de Peter Deming, con sus contrastes entre la luz y la sombra, acentúa la vulnerabilidad y la determinación de las protagonistas. Los planos cerrados, particularmente frecuentes en la primera mitad de la película, nos obligan a empatizar con ellas, a compartir sus miedos y sus ambiciones. Taylor logra, además, generar un ritmo pausado y deliberado, que permite al espectador reflexionar sobre las decisiones que toman y las implicaciones de sus acciones. No se apresura a resolver la trama, sino que se centra en el desarrollo de los personajes y la exploración de sus motivaciones. Sin embargo, se nota a veces cierta rigidez en el manejo del tempo, con algunos momentos que podrían haberse beneficiado de una mayor fluidez.

El elenco es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Verónica Ferreiro, como la líder pragmática y calculadora de las viudas, ofrece una interpretación sólida y convincente. Alice Krohn, como la viuda reliquida y con problemas de adicción, aporta una vulnerabilidad palpable que contrasta con la frialdad de sus compañeras. Linda Powell, interpretada por Sarah Naudi, se revela como una figura ambigua, a la que a veces le cuesta entender sus verdaderas intenciones. Belle, encarnada por Haley Lu Richardson, aporta un elemento de imprevisibilidad al grupo, manteniendo al espectador en constante incertidumbre sobre sus objetivos. Las actuaciones son honestas y naturales, transmitiendo la complejidad emocional de los personajes sin caer en clichés. La química entre las actrices es excelente, lo que contribuye a la credibilidad de la dinámica del grupo.

En cuanto al guion, la adaptación logra adaptar la esencia de la historia original, expandiendo algunos detalles y profundizando en las motivaciones de los personajes. Aunque la trama principal es fiel al material original, la película introduce nuevos elementos que enriquecen la narrativa y exploran las consecuencias psicológicas de la violencia. Sin embargo, a pesar de su ambición, el guion presenta algunos momentos de exposición excesiva y diálogos a veces forzados. La película podría haber beneficiado de una mayor sutileza en el desarrollo de ciertos personajes y de un mayor equilibrio entre la acción y la reflexión. A pesar de estos pequeños defectos, la película logra mantener el interés del espectador hasta el final, ofreciendo un final que, aunque no necesariamente “feliz”, es coherente con la complejidad de la historia. “Viudas” no se limita a contar una historia de venganza; es una exploración de la libertad, la responsabilidad y el precio que se paga por romper las reglas.

Nota: 7/10