Viva la libertad (2013)

“Viva la libertad” es un thriller político italiano, firmado por Enrico Oliveri, que, a pesar de sus pretensiones de ser una sátira mordaz, termina siendo un ejercicio de tensión contenida y, en ocasiones, frustrantemente ambiguo. La película se centra en la deshonra pública de Enrico, un político en declive, y la desesperada – y radical – decisión de su equipo para reconstruir su imagen pública a través de un engaño que se vuelve rápidamente incontrolable. La premisa, que sugiere una reflexión sobre la manipulación y la autenticidad en la política, tiene potencial, pero se ve obstaculizada por una ejecución que carece de la fuerza dramática que le hubiera dado al tema.

La dirección de Oliveri, quien también participa como actor, es meticulosa, aunque a veces excesivamente detallista. La atmósfera es opresiva, reflejando el estado mental de Enrico, quien se refugia en Francia, lejos del ojo público y de sus responsabilidades. Sin embargo, la película no consigue transmitir la desesperación y el miedo que debe sentir el personaje, lo que impacta en la conexión emocional con la audiencia. Se percibe un esfuerzo por crear una tensión constante, pero a menudo se consigue a costa de la naturalidad y la fluidez de la narración.

Las interpretaciones son, en general, sólidas. El actor que da vida a Giovanni, el hermano gemelo, ofrece una actuación particularmente convincente, explorando la complejidad de un individuo con un trastorno bipolar. Su inestabilidad y sus momentos de lucidez contrastan de manera efectiva con la apariencia calculada y neurótica de Enrico. La química entre ambos actores es palpable, generando momentos de tensión y sorpresa. Sin embargo, la actuación de Alessandro Barzagli como Enrico resulta, en ocasiones, algo artificiosa, quizás por el esfuerzo de transmitir la dualidad del personaje, pero alejándose de una representación más sutil y creíble.

El guion es donde la película más claramente debilita. Si bien la idea inicial es intrigante, la ejecución se vuelve confusa y, en ocasiones, incoherente. Se introduce una trama secundaria sobre la investigación del ayudante, que aunque relevante para el desarrollo de la historia, termina siendo poco desarrollada y, en última instancia, diluyendo el foco principal. El ritmo es lento y la película se prolonga innecesariamente, ralentizando la tensión. Además, la película se muestra evasiva con respecto al mensaje final. Se plantea la cuestión de la verdad y la manipulación, pero sin ofrecer una conclusión clara o un juicio definitivo sobre la ética de las acciones de los personajes. Se deja al espectador con más preguntas que respuestas, lo que puede resultar frustrante para aquellos que buscan una resolución narrativa.

En definitiva, "Viva la libertad" es una película interesante en su planteamiento, pero que no llega a cumplir su potencial. La ambigüedad deliberada y la falta de claridad en algunos aspectos dificultan la apreciación del material. Nota: 6/10