Viva Riva! (2010)

“Viva Riva!” es una explosión sensorial que te arroja directamente al caos controlado de Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo. Esta película de Michel Ngoma no es un drama tradicional; es una experiencia visceral, un frenesí cinematográfico que desafía las convenciones del género criminal y te obliga a rendirte a su ritmo vertiginoso. La película, a pesar de su corta duración, logra construir un mundo crudo y auténtico, un retrato implacable de la corrupción, la desesperación y la lucha por la supervivencia en un entorno urbano donde las leyes son maleables y la violencia es una moneda corriente.

La dirección de Ngoma es magistral en su apuesta por la inmediatez. Las tomas son cortas, dinámicas y a menudo de un solo plano, sumergiendo al espectador en el corazón de la acción. No hay pausas para la contemplación; la película se alimenta de la urgencia, de la sensación constante de peligro. Este estilo visual, junto con la banda sonora electrizante, contribuye a crear una atmósfera de tensión palpable que nunca disminuye. La utilización del blanco y negro, con destellos de color vibrantes, intensifica la sensación de opulencia contrastada con la realidad sombría de Kinshasa.

La interpretación de Patsha Bay como Riva es, sin duda, el núcleo de la película. Bay ofrece una actuación descarada, llena de energía y carisma, que transmite perfectamente la ambición, la inteligencia y la vulnerabilidad del personaje. Su Riva es un hombre de calle, astuto y pragmático, pero también con una profunda melancolía. Manie Malone, como el gangster Jala, aporta una presencia imponente y una amenaza constante, mientras que Hoji Fortuna, interpretado por Hervé Mbembwe, se mantiene envuelto en un aura de misterio que solo se revela gradualmente. Las actuaciones de todo el elenco son sólidas, realzando la autenticidad del mundo que se presenta.

El guion, escrito por Ngoma y Luc Bruner, es inteligente y sorprendentemente complejo. La película aborda temas de corrupción política, desigualdad social y la búsqueda de la identidad. La trama, con sus múltiples giros y personajes secundarios intrigantes, mantiene al espectador al borde de su asiento. No obstante, la película no se centra en una narrativa lineal; en cambio, se deleita en la presentación de situaciones y personajes, dejando que el espectador armonicé el propio relato. A pesar de su naturaleza fragmentada, la película logra construir una sólida cohesión temática y emocional.

En definitiva, "Viva Riva!” es una película atrevida, original y tremendamente entretenida. Es un ejemplo de cine independiente africano que desafía las expectativas y ofrece una visión única y poderosa de Kinshasa. Es una experiencia cinematográfica que se queda grabada en la memoria, provocando reflexión y admiración por la creatividad y la audacia del equipo de producción.

Nota: 8.5/10