Voces (2020)

“Voces” es una película que no busca asustar con sustos repentinos y efectos especiales grandilocuentes, sino que se alimenta de la atmósfera y la incertidumbre. Dirigida con maestría por Ángel Gómez, la película crea un ambiente de constante tensión psicológica, logrando que el espectador se sienta tan inquieto como los protagonistas. La historia se centra en la familia Daniel (Rodolfo Sancho), Sara (Belén Fabra) y su hijo Eric (Lucas Blas), quienes, tras mudarse a una nueva casa, se encuentran inmersos en una realidad perturbadora donde los límites entre la percepción y la parálisis sensorial se difuminan. No es un terror convencional, sino un estudio del poder sugestivo, la fragilidad de la cordura y cómo los recuerdos y las creencias pueden influir en nuestra propia realidad.

Rodolfo Sancho ofrece una interpretación sólida como Daniel, un hombre que inicialmente se muestra escéptico, pero que va cediendo a la paranoia a medida que la película avanza. Su actuación es sutil y realista, reflejando la gradual erosión de su sanidad mental. Belén Fabra, por su parte, interpreta a Sara con una vulnerabilidad conmovedora, mostrando la angustia y el miedo de una mujer que lucha por mantener la estabilidad familiar en medio de una creciente sensación de peligro. Lucas Blas, como Eric, es la joya de la corona. Su interpretación es natural y creíble; su intuición infantil es lo que, en esencia, desencadena la cascada de eventos paranormales. El niño no solo es el foco de la historia, sino el catalizador de la evolución de los acontecimientos. La relación entre Eric y su familia, su inocencia en contraste con el horror que se desata, es uno de los elementos más efectivos de la película.

El guion, escrito por Gómez y Miguel Ángel Moreno, se basa en el concepto de las psicofonías, la grabación de sonidos inexplicables que parecen provenir de fuentes invisibles. La película explora la idea de que la sugestión puede influir en la percepción y que el miedo puede manifestarse de maneras inesperadas. La narrativa no se apresura; permite que la tensión se acumule gradualmente, basándose en la sugerencia y el sonido, elementos que son utilizados con maestría por la banda sonora y la dirección de fotografía. Gómez no depende de sustos fáciles, sino que se centra en la atmósfera, creando un ambiente opresivo y perturbador. La dirección de fotografía, con sus sombras alargadas y sus ambientes crepusculares, contribuye a la sensación de incomodidad y de que siempre hay algo acechando en las sombras. La película se basa en la sugestión y la incomodidad, y el resultado es una experiencia cinematográfica que permanece contigo mucho después de que los créditos finales hayan finalizado.

“Voces” es un ejemplo de cómo el terror psicológico puede ser mucho más efectivo que el simple gozo de los sustos. Es una película que te invita a cuestionar la realidad, a reflexionar sobre tus propios miedos y a considerar la posibilidad de que lo que crees que es real podría no serlo. No es una película para todos los gustos, pero para aquellos que aprecien el terror atmosférico y la exploración de la mente humana, “Voces” es una experiencia cinematográfica sólida y memorable.

Nota: 7/10