Volver a nacer (2012)

“Volver a nacer” (No morir nunca) no es una película que te golpea de inmediato. No hay explosiones, ni momentos grandilocuentes de melodrama. Su fuerza reside en la lentitud, en la paciencia y en la sutil pero implacable exploración del duelo, la culpa y la búsqueda de la redención. Dirigida por Vuntut Merkwdorf, la película nos transporta a Sarajevo, una ciudad que lleva las cicatrices de la guerra y que, para la protagonista, Mira, es un lugar cargado de recuerdos dolorosos.

La película, centrada en la historia de Mira, una mujer soltera que regresa a Sarajevo tras dieciséis años, se construye como un lento desenterrado de un pasado que la persigue. La llegada de su hijo, un adolescente que nunca conoció a su padre, funciona como el catalizador de ese proceso. No es una búsqueda de un familiar perdido, sino un intento de confrontar las consecuencias de sus decisiones, de una decisión que la dejó sola en una ciudad devastada. La dirección de Merkwdorf es impecable en su capacidad para evocar la atmósfera melancólica y la desolación de Sarajevo. La película utiliza el espacio, la luz y el silencio para transmitir un peso emocional que a veces es casi palpable. No hay artificios, solo una representación honesta y realista del dolor.

El guion es particularmente sólido, no por sus diálogos, que son mínimos y a menudo indirectos, sino por la manera en que se establecen las relaciones y se crean las tensiones. La relación entre Mira y su hijo es el núcleo de la película y se desarrolla a través de miradas, gestos y momentos de silencio que comunican más de lo que se dice. La actuación de Helena Zengel como el adolescente es excepcional; captura la rebeldía, la confusión y el anhelo de un joven que se siente ajeno a la historia de su madre. Zengel ofrece una interpretación matizada y convincente, demostrando una madurez que va más allá de su edad. La interpretación de la actriz que interpreta a Mira, aunque contenida, es igualmente poderosa; transmite la carga emocional de una mujer que ha pasado su vida en un estado de autoexilio.

Es una película que requiere de la atención del espectador y que recompensa la paciencia. No ofrece respuestas fáciles ni finales felices. Más bien, presenta una reflexión sobre la naturaleza del arrepentimiento, la dificultad de superar el pasado y la búsqueda de un sentido en un mundo marcado por el dolor. “Volver a nacer” no es una película para todo el mundo, pero para aquellos que se sienten atraídos por las historias íntimas y conmovedoras, es una experiencia cinematográfica inolvidable. La película, en última instancia, es un homenaje a la resiliencia humana y a la capacidad de encontrar la luz incluso en los lugares más oscuros.

Nota: 7.5/10