“Vuelve a mi lado” es una película que se presenta como un experimento de ciencia ficción, pero en realidad es mucho más una meditación sobre la repetición, la nostalgia y las complejidades de las relaciones. La historia, centrada en Daisy Gamble, una mujer con un talento inquietante para la premonición y una adicción a la nicotina, se enmarca en un thriller psicológico que, desafortunadamente, no logra alcanzar todo su potencial. La premisa, de una mujer que, tras una sesión de hipnosis, comienza a manifestar personalidades de diferentes épocas históricas, es fascinante y ofrece un terreno fértil para explorar temas como la identidad y la influencia del pasado en el presente.
La dirección de Adam Palamedi es delicada y precisa. No busca efectos visuales grandilocuentes, sino que se centra en el retrato de los personajes y la atmósfera opresiva que envuelve a Daisy. Hay una notable atención al detalle en la ambientación, desde el diseño de vestuario hasta la iluminación, que contribuye a crear una sensación de melancolía y desconcierto. Sin embargo, a veces, la película se vuelve demasiado lenta, dejando que la tensión artificialmente se acumule sin ofrecer una resolución clara. La banda sonora, aunque efectiva, no siempre se integra de forma orgánica en la narrativa.
El corazón de la película reside en la actuación de Anna Kendrick, quien ofrece una interpretación magistralmente controlada. Kendrick no solo da vida a la fragilidad de Daisy, sino que también maneja con habilidad la increíble variedad de personalidades que emergen gracias a la hipnosis. La transición entre estas diferentes voces es creíble, y la actriz logra transmitir la confusión y el conflicto interno de su personaje con una sutileza conmovedora. Las actuaciones secundarias, aunque competentes, no logran destacar tanto como la de Kendrick. En particular, el personaje del doctor, interpretado por David Oyelowo, carece de desarrollo y termina siendo un simple instrumento narrativo.
El guion, aunque presenta ideas interesantes, es el punto más débil de la película. La trama se complica excesivamente con elementos que, en última instancia, no se integran de forma coherente. El final, en particular, resulta abrupto y deja demasiadas preguntas sin respuesta, lo que resta valor a todo el desarrollo previo. La película explora la idea de la "memoria social" de una manera intrigante, mostrando cómo las personalidades del pasado se manifiestan en el presente, pero la ejecución de esta idea se siente superficial y carente de profundidad. La película podría haber tenido mucho más impacto si hubiera profundizado en la psicología de Daisy y las razones detrás de su adicción, así como en la conexión entre sus diferentes "yoes".
En definitiva, “Vuelve a mi lado” es una película con momentos de brillantez, pero que se ve lastrada por un guion inconsistente y una falta de rigor narrativo. Es un experimento visualmente atractivo y con una actuación sobresaliente de Anna Kendrick, pero no logra consolidarse como una obra cinematográfica memorable.
Nota: 6/10