Warkop DKI Reborn: Jangkrik Boss! Part 2 (2017)

“Jangkrik Boss! Part 2” llega como una refrescante ola de absurdo y comedia física, continuando fielmente el legado de la saga con un tono reconocible pero con un ligero empuje hacia la exageración, un movimiento que, aunque no siempre resulta perfecto, añade una nueva dimensión a la dinámica entre Dono, Indro y Kasino. La película, como su predecesora, se centra en la imprudencia y el caos que caracterizan a estos tres personajes, ahora inmersos en una nueva y desmesurada aventura tras una desafortunada aposta.

La trama, a primera vista, puede parecer un poco desordenada y un tanto forzada. El salto a Malasia, aunque visualmente interesante, se siente a veces como un añadido más que una pieza integral del argumento. Sin embargo, lo que realmente salva a la película son las actuaciones. Abimana Aryasatya, como Dono, ofrece una energía inagotable y su comedia física es, como siempre, deslumbrante. Vino G. Bastian, interpreta a Indro con la justeza que el personaje exige, manteniendo su papel de cerebro (y a veces, de idiota) del grupo. Y Tora Sudiro, en el papel de Kasino, logra equilibrar su fragilidad con momentos de inesperada valentía. La química entre los tres actores es innegable y es esta la piedra angular de la comedia de la película. Su interacción, llena de payasadas y malentendidos, mantiene al espectador constantemente entre la risa y la incredulidad.

El guion, aunque intenta llevar la trama a lugares inesperados, se apoya demasiado en gags visuales y situaciones ridículas que, a veces, llegan a cansarte. La resolución del conflicto, con una invasión a una isla aparentemente abandonada, podría haber sido más elaborada y con un desarrollo de personajes más profundo. Sin embargo, la dirección artística logra crear un ambiente peculiar y memorable, con elementos de terror y misterio que contrastan de manera efectiva con el tono general de la película. Los efectos especiales son modestos pero suficientes para apoyar la acción, y la banda sonora, con ritmos típicos de la comedia indonesia, refuerza la atmósfera desenfadada. A pesar de sus fallos, la película se beneficia de un ritmo trepidante y una voluntad de hacer reír al público que es admirable.

La película es, en definitiva, una comedia de acción juvenil que se basa en la energía de sus protagonistas y en la innegable popularidad de la saga. No es una obra maestra cinematográfica, pero ofrece una experiencia entretenida y, sobre todo, hilarante. Para los fans de “Jangkrik Boss!”, será un festín de reconocimientos y situaciones que les recordarán por qué amaron la primera entrega. A aquellos que no estén familiarizados con la saga, esta película podría resultar un poco caótica y desconcertante, pero aún así, divertida en su propia manera.

Nota: 7/10