La ley de la calle (2019)

“La ley de la calle” (Straight Talk) no es precisamente una obra maestra del cine de acción, pero sí una película con un potencial interesante que, lamentablemente, no logra aprovecharse por completo. La trama, centrada en la lucha de un adolescente por salvar a su hermano menor de la influencia de la violencia y la criminalidad en el corazón de Washington D.C., ofrece un tema relevante y con posibilidades de generar una narrativa conmovedora. Sin embargo, la película se ve empañada por un guion que, en ocasiones, se siente superficial y previsible, recurriendo a clichés y a un ritmo narrativo irregular.

Elijah Rodriguez, en el papel principal, transmite una palpable angustia y un deseo de proteger a su hermano. Su interpretación, aunque no espectacular, es honesta y convincente. Sin embargo, el resto del elenco carece de la misma profundidad. Jean-Claude Van Damme, en un papel sorprendentemente breve pero memorable, aporta un toque de fuerza bruta y veteranismo al personaje del ex-soldado, pero se limita a ser una figura de mentor sin un desarrollo psicológico que le otorgue mayor peso a la historia. La química entre Rodriguez y Van Damme es aceptable, pero no llega a ser lo suficientemente potente para elevar la tensión dramática.

La dirección de Michael Spott, aunque competente en la recreación visual de la ciudad de Washington D.C. – un elemento esencial para la atmósfera de la película – no alcanza a dar un pulso narrativo fuerte. Las escenas de acción, coreografías realizadas por Van Damme, son visualmente decentes, pero a menudo se sienten descontextualizadas y carentes de una justificación dramática sólida. Se siente que las peleas son un añadido más que un elemento crucial para avanzar la historia o desarrollar los personajes.

El guion, como he mencionado, es una de las mayores debilidades de la película. Existen momentos de tensión y drama que se pierden por la falta de un desarrollo más profundo de las motivaciones de los personajes. Los diálogos, en general, son funcionales pero poco inspiradores y la resolución final, aunque satisfactoria, resulta algo abrupta. La película se aferra a un tono realista, evitando el melodrama excesivo, pero a veces le falta el coraje de explorar las complejidades del entorno en el que se sitúa la historia. No se profundiza en las razones que llevan a Lucas a la pandilla, ni en el impacto de la violencia en la comunidad.

En definitiva, "La ley de la calle" es una película entretenida, con un buen mensaje y una fuerte presencia física de Van Damme. Pero, a pesar de ello, no logra superar su guion limitado y su dirección poco audaz. Es una película que ofrece algunas buenas ideas y momentos de acción, pero que carece de la profundidad y el impacto emocional necesarios para dejar una huella duradera en el espectador.

Nota: 6/10