We Need to Do Something (2021)

“We Need to Do Something” no es una película que se olvida fácilmente. Más allá de su premisa aparentemente sencilla – una familia atrapada en un baño durante un tiempo indeterminado – el filme de Natalie Erika James logra construir una atmósfera de terror psicológico palpable y profundamente inquietante. La película se centra en la desintegración familiar bajo la presión extrema, desnudando las fragilidades de las relaciones humanas cuando todo lo demás se desmorona. El confinamiento, aunque físico, se convierte en una metáfora de la desconexión emocional entre los padres, Mark (Michael Pitt) y sua esposa, Liz (Melanie Laurent), y su hija, la pequeña Phoebe (Graham).

La dirección de James es notablemente sutil pero efectiva. Evita los jumpscares gratuitos, preferiendo un enfoque en la construcción gradual de la tensión. El uso de la iluminación, particularmente el control de la luz y la sombra, es magistral, creando una sensación constante de incomodidad y claustrofobia visual. El baño, que se convierte en su prisión, se transforma en un personaje en sí mismo, con sus detalles claustrofóbicos y su potencial amenazante. La película logra transmitir la angustia, el miedo y la desesperación de los personajes de una manera visceral, sin recurrir a la sobreexposición. James evita el melodrama abiertamente sentimental y se centra en la representación cruda y realista de la experiencia.

Las actuaciones son un pilar fundamental del éxito de la película. Michael Pitt ofrece una interpretación perturbadora como Mark, un hombre que lucha por mantener la compostura ante el colapso de su familia. Su actuación es sutilmente compleja, revelando la vulnerabilidad que esconde detrás de su fachada de aparente calma. Melanie Laurent, por su parte, transmite la desesperación y el miedo de Liz de una manera convincente y emocionalmente resonante. La química entre ambos actores es palpable, intensificando el drama familiar. La actuación de Graham, la niña, es especialmente destacable. Logra transmitir un miedo inocente y creciente que, sin diálogos, comunica el terror de la situación con una gran honestidad.

El guion, escrito por James y Emerald Fennell, se mantiene generalmente impecable, aunque podría haber beneficiado de una mayor exploración de la historia previa de la familia, para comprender mejor las dinámicas que conducen a la crisis. Sin embargo, la trama se centra en la supervivencia y la disolución familiar, y la película se desenvuelve a un ritmo que mantiene al espectador enganchado. La película plantea preguntas inquietantes sobre la naturaleza del miedo, la responsabilidad familiar y los límites del amor. No se ofrece una solución fácil o una resolución satisfactoria; más bien, nos deja con una sensación de inquietud persistente. En un género que a menudo busca impactar con estímulos visuales, "We Need to Do Something" se distingue por su enfoque psicológico y su capacidad para generar tensión a través de la atmósfera y las actuaciones. Es una película que, más allá de su premisa inicial, invita a la reflexión y a la introspección.

Nota: 7.5/10