‘Wedding Bell Blues’ (1991) es una comedia romántica con un trasfondo sorprendentemente profundo, una joya discreta que a menudo se le pasa por alto en la filmografía de la época. La película, dirigida con una sensibilidad particular por Robert Green, no se limita a la típica premisa de un viaje por Las Vegas en busca del amor, sino que utiliza el caos y la desolación de la soledad para explorar las complejidades de la amistad femenina y la búsqueda de la independencia. La idea inicial de estas tres amigas, Micki (Illeana Douglas), Tanya y Jasmine, decididas a rechazar el matrimonio como la solución a sus problemas, es, en sí misma, un gancho atractivo que funciona sorprendentemente bien.
La dirección de Green logra crear una atmósfera de incertidumbre y diversión a partes iguales. Las escenas en Las Vegas, aunque clichés en algunos momentos, están filmadas con un realismo que evita caer en la grandilocuencia. El uso del color y la luz es sutil pero efectivo, acentuando tanto el glamour de la ciudad del pecado como la melancolía emocional de las protagonistas. Se nota una clara intención de no glorificar la superficialidad de la vida nocturna; en cambio, se observa la incomodidad y el desconcierto de las mujeres frente a un entorno que las empuja a buscar una solución fácil y rápida a sus problemas.
Illeana Douglas brilla con una actuación natural y convincente. Logra transmitir la frustración, el humor y la vulnerabilidad de Micki, una mujer que, a pesar de su deseo de libertad, se siente atrapada en patrones de comportamiento románticos no deseados. Las interpretaciones de Paulina Porizkova como la misteriosa y enigmática Jackie y Julie Warner como la pragmática Tanya, complementan a la perfección el papel de Douglas. La química entre las tres actrices es palpable y fundamental para el éxito de la película. La relación entre ellas se construye con sutileza, mostrando tanto la complicidad como las tensiones inherentes a cualquier amistad.
Sin embargo, la película no está exenta de defectos. El guion, aunque ingenioso y con momentos particularmente divertidos, recurre a ciertos estereotipos y a un ritmo que podría sentirse algo irregular en algunos tramos. No obstante, la inteligencia de las situaciones y la honestidad con la que se abordan las relaciones personales logran superar estos pequeños inconvenientes. La película explora el tema del divorcio con una sensibilidad que va más allá de la comedia, mostrando las secuelas emocionales y los desafíos que implica la ruptura. Es un retrato realista y, a la vez, cómico de las dificultades que enfrentan las mujeres al intentar encontrar su propio camino.
En definitiva, ‘Wedding Bell Blues’ es una comedia romántica inteligente y entretenida que, a pesar de sus defectos, ofrece un buen rato y plantea preguntas interesantes sobre la amistad, el amor y la búsqueda de la felicidad. Es un título que, a pesar de su edad, sigue siendo relevante y agradable de ver.
Nota: 7/10