Wolfwalkers (2020)

“Wolfwalkers” no es simplemente una película de animación familiar; es una inmersión profunda en una mitología irlandesa visceral y poética. Cartoon Saloon, el estudio irlandés detrás de esta joya, nos presenta una historia que trasciende la mera aventura, explorando temas como la conexión con la naturaleza, la pérdida, el respeto por las tradiciones y la búsqueda de la identidad. La película se siente menos como un entretenimiento rápido y más como un cuento animado que invita a la reflexión.

La dirección de guiño, a cargo de Dan Burr y Paul Dowswell, es magistral. La animación, que mezcla la pintura al óleo con la animación digital, crea un mundo visualmente deslumbrante, poblado de colores ricos y vibrantes que reflejan la belleza salvaje de la Irlanda rural. La película no rehúye de la oscuridad, utilizando la paleta de colores para evocar tanto la serenidad del bosque como la amenaza latente en la cacería de lobos. La banda sonora, compuesta por Adrian Ó Muirn, es otro elemento clave, con melodías que se fusionan armoniosamente con las imágenes, creando una atmósfera mágica y melancólica.

El guion, adaptado de la novela gráfica de Christine McVoy, es sutil pero potente. Se centra en Robyn, una joven de la élite inglesa que llega a Irlanda con su padre y sus compañeros cazadores. Sin embargo, su encuentro con Mebh, la niña lobo y miembro de la tribu de los 'Wild Hunt', la cambia radicalmente. La película no se pierde en clichés de la heroína que rescata a un pueblo, sino que se centra en el viaje personal de Robyn, en su confrontación con sus propias creencias y en su gradual aceptación de una forma de vida diferente. El ritmo es pausado, permitiendo que el espectador se conecte con los personajes y con el entorno.

Las actuaciones de voz son excepcionales. Honor Gough como Robyn y Ava Cañada como Mebh transmiten con naturalidad la complejidad de sus personajes. Robyn evoluciona de una joven educada y distante a una buscadora de libertad y comprensión. Mebh, con su espíritu indomable y su conexión con la naturaleza, se convierte en una figura inspiradora. El resto del reparto de voces, incluyendo a Seamus McCarthy como el padre de Robyn, aportan matices y profundidad a las tramas secundarias.

Lo que distingue a “Wolfwalkers” de la mayoría de las películas animadas es su respeto por la cultura irlandesa y sus tradiciones. La película incorpora elementos de la mitología celta, la música folclórica y las creencias ancestrales de una manera auténtica y respetuosa. No se trata de una caricaturización, sino de una celebración de la riqueza y la complejidad de la identidad irlandesa. “Wolfwalkers” es una película que, más allá de la técnica impecable y la belleza visual, ofrece una reflexión conmovedora sobre la naturaleza de la humanidad y nuestra relación con el mundo natural. Es una experiencia cinematográfica que perdura mucho después de que los créditos finales han terminado de rodar.

Nota: 9/10